Por: Isabel
Capitulo 6
Conforme el tiempo transcurrió Isabela comenzó a olvidarse poco a poco de Mark y sus detalles, no era que no dejara de quererlo pero el tiempo que había pasado lejos de él irremediablemente la llevaba a poner con más facilidad a un lado todo sentimiento de tristeza.
Su embarazo por otra parte se estaba desarrollando de manera satisfactoria, ya sabia el sexo del bebe y estaba pensando seriamente en el nombre que le daría a su pequeño nene, si... iba a ser mamá de un niño.
Al recibir esa noticia Pierre pensó que era la mejor de todas ya que podría enseñarle a como conquistar a una mujer, después de todo el era casi como una mujer y podía darle los mejores tips, aparte de llevarlo a pasear y a hacer cosas de hombres, él seria como un tío para él y padre en lo que ella conseguía un nuevo papá para el nene. Cosa que no dudaba en lo absoluto.
“Pásame el cereal”
Eran cerca de las seis de la tarde y Pierre hacia su visita del día en casa de ella. Solo para checar como estaban las cosas.
“¿El niño tiene hambre?” Pregunto mientras se dirigía a la cocina por el entero paquete de choco crispis, cereal que parecía ser el preferido del pequeñín.
“Si, tendré que ponerme a régimen en cuanto nazca este pillo. Con tanto cereal me inflare como globo”
“No lo creo”
La mirada que Isabela le dio era de molestia, últimamente su temperamento no era el mismo.
“Tranquila, no estoy agrediéndote ni nada”
Ella rió divertida, era tan susceptible en ocasiones que no se reconocía a si misma, sin embargo disfrutaba un poco de ese estado por que le proporcionaba un poco de “autoridad” ante todos los demás, parecía ser que con solo pronunciar una silaba todos entendían a la perfección sus deseos y los llevaban a cabo, tener a este niño era lo mejor que le había pasado.
-...-
A diferencia de Isabela, Mark no la estaba pasando tan bien. Y no tenía nada que ver con el amibito laboral, mas bien en el personal, desde aquel día que la vio en la librería y acobardado huyo no había dejado de darle vueltas al asunto de hablar con ella... pero simplemente no se atrevía.
Kian, como el buen amigo que era estaba al tanto de la situación – claro esta después de insistirle mucho de que le dijera que era lo que rondaba por su cabeza, Mark no era de los que te decían las cosas por si solo – le había recomendado que fuera y enfrentara directamente a Isabela.
“Mark, si tanto te intriga todo este asunto deberías ir a hablar directamente con ella” dijo aquella misma mañana mientras tomaban el café y Kian reconocía una vez mas en Mark aquel estado como hipnótico que cargaba desde hacia un tiempo.
“Es que Kian decirlo es tan fácil, no me atrevo ahí algo que no me permite ir y hacerlo y.... no puedo, simplemente no puedo”
“¿Te doy un sabio consejo?”
Mark no contesto nada y aunque le hubiese dicho que no de todas maneras Kian pensaba decírselo.
“Cuando se quiere se puede... sabias palabras. Mark lo que pasa es que creo que realmente tienes miedo de enfrentar la situación y darte cuenta de que el único tonto aquí has sido tu, el hecho de que su amigo haya ido incluso a buscarte para decirte que estaba embarazada no me suena a algún truco para amarrarte... creo que ella debe tener lo suficiente para mantenerse toda una vida por si sola. No te engañes”
“¡Kian no creo que ella quiera amarrarme por Dios santo!, ¿cuántas veces tengo que repetírtelo?.... no es eso”
Desde que esa situación había quedado ante los ojos de Kian, este no dejaba de decirle que él tenía el presentimiento de que Mark se sentía presionado... como si ella intentara amarrarlo al compromiso. Y eso lo sacaba de sus casillas.
No sabía realmente a que huía pero estaba seguro de que no era eso.
“Puedes engañar a tu conciencia Mark Feehily, pero el subconsciente no es tonto... nada tonto así que si lo que quieres engañarte aún más; ¡bien!, pero después no me digas nada”
Después de un incomodo silencio la charla continuo entre bromas antes de regresar al trabajo y aunque intentaba mantenerse tranquilo con su conciencia, realmente no lo lograba.
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