viernes, 27 de julio de 2007

Tarde - Capitulo 1

Por: Isabel

Capitulo 1
Escondida entre mis sueños

- Pero llegamos tarde, te vi y me viste
Nos reconocimos enseguida pero tarde -

En cuanto la divisó entrando por la puerta de aquel restaurante no pudo más que pensar que era magnifica. Y es que caminando tan elegante y segura cualquier hombre caería rendido ante sus pies, pero él no podría siquiera ilusionarse.

Solo era una mujer hermosa que entraba al restaurante en el cual se había quedado de ver con un amigo. Aparto aquellos pensamientos de su mente al sentir el delicado roce que su esposa le dedico en la mano y desvió así su mirada a la mujer de ojos obscuros.

“¿Será que tarden mucho?”

Su esposa siempre parecía tener impaciencia, la cena estaba hecha en honor al recién elaborado contrato entre la empresa de él y su entrañable amigo de infancia Kouga, al cual no veía desde que este había viajado a otro país para estudiar la universidad. Sin embargo, parecía ser que la puntualidad no era lo suyo.

“Espero y no”

Miró su reloj esperando que no tardaran y después oyó la voz de Kouga llamándolo por su nombre.

“InuYasha”

No se esperaba que al levantar la vista lo primero que vería seria a la mujer de la entrada, intrigado y nervioso a la vez se puso de pie y se dirigió a su amigo saludándolo con un abrazo, el cual fue recibido de buena manera.

“InuYasha, Kikyou... les presento a Kagome Higurashi. Mi prometida” Inquirió el recién llegado en cuanto el abrazo termino.

La sonrisa de Kouga era tan grande que por un momento InuYasha pensó que se entumiría su rostro, por su parte Kagome se quedo en aquel lugar parada y saludo de manera amistosa.

“Mucho gusto”

A diferencia de Kagome su esposa Kikyou haciendo gala de su a veces arrogante manera de ser se puso de pie y saludo de un beso a Kagome mientras se presentaba.

“Kikyou Sassa, esposa de InuYasha”

Mientras aquello sucedía InuYasha se quedo un momento mirando a las dos mujeres y se encontró a si mismo comparándolas, llegando a la infalible deducción que Kagome no podría siquiera compararse con su esposa.

Las dos eran hermosas de eso no tenia dudas pero Kagome parecía tan especial, dejando a un lado sus pensamientos se acerco a la recién presentada prometida de su amigo y mirándola directo a los ojos se presento.

“InuYasha Sassa... un placer conocerte”

La primera en romper el contacto fue Kagome al sonreír discretamente y dirigir su mirada a Kouga.

“Así que él es tu amigo”

Al regresar su mirada a los ojos dorados de él, pudo ver un brillo diferente al anterior en los ojos de ella, brillo que solo pudo contemplar por unos segundos por que justo después Kouga lanzó una pequeña risa y tomándola de la mano se sentaron, siendo seguidos por ellos.

El resto de la cena fue un poco incomoda para InuYasha, no comprendía por que aquella mujer lo había intrigado tanto. Se preguntaba a momento si realmente amaba a Kouga, en otros mas, se encontraba a si mismo imaginando que la cena era entre los dos solamente.

Sintiéndose culpable al encontrarse pensando en otra mujer que no fuera su esposa, decidió intentar concentrarse en la amena platica que se desarrollaba entre los restantes participantes de esa cena.

-...-

Horas mas tarde mientras InuYasha se acomodaba en la cama dispuesto a dormir, Kikyou toco el tema de la cena de la manera más casual.

“Kagome parece ser una chica agradable. Kouga tiene suerte de haberla encontrado, ¿no te parece?”

Él no respondió nada al momento que sentía como los celos bullían en su interior. Su esposa tenía razón.

Kouga era afortunado, a lo largo de la cena descubrió que aquella mujer no solo era bella; también contaba con una gran inteligencia y personalidad impactante. Lo que más le calaba era que todas y cada una de las cosas que encontró en ella esa noche encajaban a la perfección con la mujer que siempre soñó pero que creyó jamás conocería.

Al no encontrar respuesta alguna Kikyou apago su lámpara de buró y se acomodo a un lado de él.

La relación entre ellos mas que ser monótona carecía de cariño, cuando InuYasha conoció a Kikyou el color de sus ojos y sus facciones le recordaron tanto a alguien que soñó que pensó que era a la que siempre busco. Sin embargo conforme su relación fue creciendo fue descubriendo que no todo en ella era tan bello a como parecía serlo.

Debajo de aquellos labios carmín y bellas facciones había una mujer arrogante, fría y calculadora; una mujer que lo había amarrado hasta de los tobillos y él al notar que los años transcurrían y todos sus amigos comenzaban a asentar cabeza decidió afrontar que después de todo con ella se casaría y compartiría su vida. Por eso se había casado con ella hacia tres años. Sabia que la quería, sin embargo nunca estuvo seguro de amarla... no del todo.

La llegada de Kagome solo le hacia corroborar que Kikyou no era mas que una forma de ocultar su temor a estar solo y que después de todo también tenia cierto parecido con la mujer que alguna vez ideo y soñó de pequeño para él... pero la mirada, la mirada de ambas era diferente.

Esa noche no logro conciliar adecuadamente el sueño pensando una y otra vez en Kagome y Kikyou pero tendría que superarlo, su tiempo había pasado. Él estaba casado y ella por casarse.

No habría manera de que algo sucediera entre ellos, además después de todo no se sentía capaz de traicionar a su esposa y a su amigo. Eso seria una relación imposible de llevar a cabo, sumando a todo esto. Se sentía seguro de que él no había sido del total agrado de ella. Lo mejor era dejar las cosas como estaban.

- Maldita sea la hora que encontré lo que soñé... tarde -

Tarde – Ricardo Arjona

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