sábado, 28 de julio de 2007

Tarde - Capitulo 6

Por: Isabel

Capitulo 6
Un cumpleaños especial

La parrillada estaba transcurriendo de manera excepcional y todos los amigos de Kouga habían sido muy agradables de ella. Tal vez solo había estado alucinando todo ese tiempo y no haría mal llevarse con ellos, había sido tan tonta; también había estado un poco incomoda después de capturar en mas de una ocasión a InuYasha mirándole de manera fija. Intentaba ignorar su mirada insinuante y su sonrisa arrolladora pero era casi imposible, a momentos se encontraba a si misma devolviendo las miradas.

“¿Aburrida?”

Ayame, la asistente de Kouga también se encontraba ahí. Para Kagome era una gran fortuna saber que al menos no era la única con “menos estatus social” en el lugar. Además, Ayame era muy agradable.

“Un poco, ¿tu?”

“Uhm ya estoy algo acostumbrada a estas fiestas. Antes de hoy era yo quien acompañaba al Sr. Kouga. No podía ir a ninguna parte sin mi, ya sabes… el trabajo de los asistentes personales nunca termina”

Dejo escapar una risa nerviosa mientras tomaba un sorbo de su vino tinto y la miró inquisitoriamente.

“Su esposa lo engaña, sabes”

Kagome la miró sorprendida mientras sonreía nerviosa, ¿de quien hablaba?

“¿De quien hablas?”

“De InuYasha… es decir, el Sr. Sassa. Supe que ya te lo presentaron y no se, quería hablar contigo de algo. Se que es un poco indiscreto de mi parte pero esto lo eh descubierto por mi misma. Ya la eh visto en varias ocasiones de la mano de su chofer o en lugares donde no iría ni de broma con el Sr. Sassa. Que mal que un bombón como el sea engañado tan cruelmente, ¿no crees?”

Rió ante su comentario. Si, InuYasha era un bombón. Pero basándose en las miradas que le daba, a Kagome no le sonaba del todo un santo.

Miró sus manos y se detuvo de manera escrutadora en su anillo de compromiso. ¿Sucedería lo mismo entre Kouga y ella?. Sacudió su cabeza intentando alejar esa clase de pensamientos de ella. No, jamás sucedería.

“¿Te encuentras bien?”

“Si, Ayame. Sabes, aun no conozco del todo el lugar. ¿Te gustaría dar una vuelta conmigo?”

Ella le miro dubitativa antes de caminar con ella rumbo a las canchas de tenis. Su conversación no fue nada fuera de lo común, cosas triviales y muy amena. Kagome estaba segura que al menos podría encontrar una buena amiga en ella. De pronto el celular de Ayame sonó y miro a Kagome con los ojos como platos.

“Kag, lo siento pero me llego un mensaje del Sr. Kouga. Tengo que ir de inmediato a las oficinas. ¿No hay problema?”

“No te preocupes, dile a Kouga que fui a recorrer el lugar, que regreso en un rato”

“Esta bien”

Ella miró a Ayame desaparecer por la dirección contraria a la que iban y decidió continuar con su recorrido. Cada segundo que pasaba le hacia cerciorarse mas y mas de que aquel lugar era hermoso; de pronto llego hasta el área de albercas y decidió meter un momento sus pies en el agua.

Una vez ahí con sus pies revoloteando el agua de una de las piscinas Kagome decidió remontarse a los ojos ámbar que había estado evitando. ¿Por qué la afectaba de aquella manera el saberse vista por él?. Eso la inquietaba y la hacia sentir insegura sobre lo que sucedía a su alrededor. Y eso no le gustaba.

“¿Puedo acompañarte?”

La voz de InuYasha de pronto interrumpió sus pensamientos y saco de prisa sus pies un tanto atemorizada.

“¿Qué haces aquí?, deberías estar en la reunión con tu esposa y los demás”

No quería sonar muy interesada en él pero después de decir aquello se dio cuenta de que así sonaba y se reprimió mentalmente. Camino en un intento por alejarse de él, pero fue seguida muy de cerca por InuYasha.

“Te vi venir con Ayame y después ella regreso sola. Solo pensé que necesitarías un poco de compañía”

“Pues no la necesito, gracias. Ahora si me disculpas iré a seguir viendo el lugar”

Siguió caminando en la dirección a la que iba pero de pronto una risa ahogada escapo de los labios de él. ¿A que se debía aquella risa?, se detuvo en seco.

“Lo siento, pero es que suenas algo tonta diciendo eso. Sabes mejor que yo que no deseas que me marche. ¿Por qué actúas así Kagome?”

Así de espaldas a él podía sentir su mirada escrutándola y eso la inquietaba. ¿Debía voltearse y enfrentarle o tan solo seguir su camino?

“Por lo menos mírame en vez de quedarte ahí parada”

Al mirarle y hacer contacto con sus ojos ámbar sintió una descarga eléctrica recorrer su espina.

“¿Qué es lo que quieres InuYasha?”

Él comenzó a acercarse de manera muy peligrosa a ella y entonces lo entendió. Él le deseaba tanto como ella a él. Pero eso no era correcto y jamás debía suceder, ni sucedería.

“¿Quieres saber que quiero Kag?”

Aquella manera tan seductora de llamarle le hizo sentir una vez más aquella electricidad y se estremeció de pies a cabeza y negó con la cabeza mientras retrocedía tres pasos.

“Detente antes de que hagas algo de lo cual puedas arrepentirte después”

Cerro sus ojos esperando que al volverlos abrir él hubiese desaparecido, pero al mirar de nueva cuenta se exalto a notarlo cerca, muy cerca de ella. Y miró como poco a poco el rostro de él se acercaba de manera furtiva al de ella hasta rozar sus labios.

“No, espera”

Ella sabia que aquello debía detenerse en ese mismo momento o de lo contrario no se detendría, pero InuYasha haciendo caso omiso a aquellas palabras por parte de Kagome, la tomo con fuerza de la cintura y la acerco a él.

Poco después sus labios se encontraban una vez mas unidos y Kagome no pudo luchar mas contra aquel estremecimiento que él le hacia sentir… aquel beso era tan demandante y pasional que se encontró a si misma respondiendo de la misma manera. Al separase se miraron a los ojos profundamente y ella miro nerviosa en todas direcciones, intentando descubrir si alguien les había visto.

“No te preocupes que nadie nos vio”

Suspiro aliviada y después de darle una ultima mirada a InuYasha recobro el camino hacia la fiesta. Desprevenida sintió de pronto el agarre de él en su brazo, estaba por quejarse cuando se dio cuenta de que él la dirigía hacia el cuarto que se encontraba a un lado de las albercas y asustada intento separarse; pero él era mas fuerte que ella y en un abrir y cerrar de ojos se encontraba encerrada con él.

“¿Qué hacemos aquí?” pregunto ella nerviosa mientras sentía el aliento de él cerca de su cuello.

“Shh... no digas nada. Solo siente Kagome, siente lo que yo siento”

Sin darle tiempo a más demando sus labios en un beso aun más ansioso que el anterior. La cabeza le daba vueltas y no podía pensar bien. Aquello no era correcto, pero se sentía tan bien.

No paso mucho tiempo antes de que ella mirara ansiosa la puerta mientras sentía los labios de él sobre los suyos y sus manos recorrer cada palmo de su piel; estaba aterrada de que pudiesen ser descubiertos. Deseaba querer parar en ese instante pero era inevitable… sus manos la hacían arder.

“Esto no es correcto InuYasha, deberíamos parar” Musito entre beso y beso.

“¿Por qué Kag?, ¿acaso no te gusta?... dime que no te gusta y parare”

Las manos de él se aventuraron a los muslos de ella y trazaron su camino hacia el centro de ella, un gemido reprimido se escapo de sus labios e intento mantener la cordura, nunca antes alguien la había hecho sentir así. ¿Cómo decirle que parase si sabia que no quería parar?.

“Lo sabia pequeña, no quieres parar”

Sin pensarlo dos veces comenzó a besarla con impaciencia mientras seguía jugando con ella, Kagome no sabia que hacer para detenerse, seguramente Kouga estaría ya preguntando por ella y seria demasiado sospechoso que tanto InuYasha como ella aparecieran de pronto juntos. Juntando todas sus fuerzas tomo una mano de él y con dificultad articulo las palabras.

“Por favor, ahora no… no quiero hacerlo, es demasiado arriesgado”

No sentía que hubiese una concordancia entre lo que pensaba, decía y hacia por que sus pensamientos le decían que era incorrecto y no debía suceder, sus palabras denotaban buscar otro momento y sus acciones que no quería que parase. Pero tenia que ser prudente y por el bien de los dos detener todo antes de que fuera demasiado tarde.

“¿Por qué Kagome?”

Ella no contesto nada y separándose bruscamente de él acomodo su falda y demás en el lugar correcto antes de salir de su escondite.

InuYasha se encontró de pronto solo con la penumbra y sus pensamientos. Había tenido el placer exquisito de probar sus labios y comprobar que eran todo lo que se imaginaba y mas, su piel era tersa… exquisita al tacto y su voz susurrando cosas era la cosa más excitante que jamás hubiese escuchado.

No sabia de que manera ordenarse, pero encontraría la manera de que todo estuviese de manera de que tuviese el camino libre hacia ella… Kagome Higurashi no se casaría con Kouga y él… él tendría que deshacerse de Kikyou. Solo tenia que encontrar la manera de hacerlo.

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