domingo, 29 de julio de 2007

Naughty Girl - Capitulo 1

Por: Isabel


Capitulo 1

Manejaba con rapidez rumbo a su trabajo y el trafico era mas abundante del usual, justo al pasar sobre una de las calles mas transitadas su celular sonó. Tomo aire con fuerza un tanto exasperado por la inminente interrupción antes de contestar.

“¿Bueno?”

Su voz denotaba su enojo, pero al oír la voz del otro lado se tranquilizo, era una llamada importante.

“Si, esta todo listo”

Una pequeña sonrisa se dibujo de pronto en sus labios.

“Si, no hay inconvenientes, nos veremos... adiós”

Después de colgar su típico semblante engreído regreso a su rostro al momento en que aceleraba de nueva cuenta y se perdía en el tráfico.

-…-

El aire movía su cabello con fuerza mientras caminaba de un lado a otro esperando al mejor postor, la noche era fría y sentía como comenzaba a calarse entre sus huesos, esperaba que pronto alguien la notara, así todo estaría en perfectas condiciones. La noche no era tan prolifera a como esperaba, ni un solo cliente a lo largo del transcurso de la noche.

Al momento de acomodar por centésima vez su falda dejando ver sus largas y torneadas piernas sintió que alguien se orillaba justo a su lado, sonrió satisfecha, alguien había caído. Al momento de voltearse pudo oír su varonil voz desde el auto.

“Si tus piernas son las vías, cómo estará la estación”

Aquel piropo solo causo en ella una sonrisa de satisfacción.

No demoro mucho en fijar su vista en aquel auto, negro, deportivo, ultimo modelo... y sin mas se acerco, ese era el cliente que había estado esperando.

Mientras contoneaba sus caderas a un ritmo al cual sabia nadie podría resistirse, miro como el conductor de aquel auto terminada de bajar la ventana y después ella se recargo en ella y sin hacer el mayor esfuerzo supo que lo tenia atrapado, sus ojos se posaron inmediatamente en su busto.

“¿Necesitas que te de un aventón?”

Él conductor del auto no solo se veía adinerado si no también apuesto, aun con la poca iluminación en aquella obscura calle sus ojos resaltaban, sonrió abiertamente al momento en que él abría la puerta dándole la decisión final de entrar en el auto. Al fin un cliente y uno que definitivamente valía la pena.

Una vez que ella cerro la puerta él acelero con rapidez, a momentos miraba a su lado y se cercioraba de no perder detalle alguno, aquella mini falda – si era posible llamársele así – no dejaba nada a la imaginación y aquella forma de caminar en la acera le había confirmado lo sensual que podría llegar a ser una noche junto a ella.

“Y dime... ¿a dónde quieres ir?”

Sabia que tipo de chica era desde el momento de verla con aquella insinuante ropa y forma de moverse, aun así esperaba poder llegar a descubrir de que tanto era capaz.

“A donde quieras muñeco”

La forma de llamarlo y la manera en que había acercado su cuerpo al de él le confirmo lo que tanto esperaba de aquella chica, no tenia por que decirle a donde irían seguro que ella lo esperaba.

Iban directo fuera de la ciudad a donde él sabia de un lugar donde ambos podrían pasarlo mas que mejor pero el ambiente dentro del auto era mas que sepulcral y a ella no le gustaban los silencios ni las distancias, aun menos si el cliente era lo suficientemente provechoso y valioso a como este se veía, sin dudarlo mas ella comenzó a acercar su mano izquierda justo a donde sabia él moría por ser tocado pero justo antes de lograr terminar su trayecto su voz la interrumpió.

“¿Quieres?”

Él le ofrecía tomar un cigarrillo de su cajetilla, ella sin dudarlo lo tomo y después vio como él tomaba uno para si mismo.

Lo miro mientras él esperaba con el cigarro en su boca sin prender y sin dudarlo tomo ella la cajetilla de la mano con que se lo había ofrecido y busco dentro un encendedor, al tomarlo sus sospechas se vieron mas que comprobadas, aquel hombre valía la pena, no era un encendedor común y corriente, era un zippo y no se veía nada barato.

Encendió la flama con rapidez y una vez que él tomo el volante correctamente ella se acerco a él hasta prender su cigarrillo procurando rozar lo mas posible su cuerpo con el de él. Inmediatamente después se separo sentándose en su lugar, pero intentando no perder un poco de cercanía entre sus cuerpos, mientras ella encendía el suyo la voz de él la obligo a mirarlo una vez más.

“¿Cuánto por tus servicios?”

Esperaba esa pregunta desde antes, pero ahora que él lo mencionaba tenia que darle una respuesta rápida, termino de encender su cigarrillo mientras inspeccionaba no solo a su acompañante si no el auto, la tarifa se acoplaría al cliente.

“Depende, cobro por servicio o por hora”

Al no oír una respuesta inmediata por parte de él ella decidió continuar, quería sacar el mayor provecho posible y estaba segura de saber como obtenerlo.

“Si se trata del cobro por servicio son 80 por sexo oral, 100 por penetración y 200 por servicio completo. Por hora cobro 500. Tu decides, aunque podría recomendarte algo”

Al sentir la mirada de él centrada en ella se dio cuenta que lo había atrapado una vez mas.

“¿Te gustaría oír mi recomendación?”

“Si me conviene bien sabes que la respuesta es si”

Respondió él con un tono frió y cortante. No se demoro más en contestar.

“Te puedo dar una demostración de mi calidad ahora mismo, este auto huele a nuevo, creo que seria conveniente estrenarlo”

Al decir eso acercaba lentamente su mano hasta tocar el muslo de él, haciendo camino hacia donde quería tocarlo.

“Y el cobro seria por el servicio que desees, lo que quieras muñeco, te aseguro que no te arrepentirás”

Una vez dicho esto su mano se coloco justo sobre su miembro y lo acaricio levemente, sintió como él se movió lentamente, satisfaciendo sus necesidades ante el roce se su mano, oyó su voz un tanto entrecortada después de eso.

“¿Y después?”

Lo tenia donde quería.

“A donde me lleves muñeco, seria por hora, ahí podrás hacerlo que se te antoje conmigo, ¿o no te gustaría oírme gritar con todas mis fuerzas que quiero mas?”

Su mano subió de hasta su pecho y con eso las reacciones de él se vieron mas notorias.

“Seguro que si, aunque... de cualquier manera aquí el que decide eres tu”

Menciono al momento que se separaba con rapidez de él y se sentaba en su asiento correctamente evitando todo contacto con él, esperando poder salirse con la suya. Él entro en pequeño atajo más cercano sin pavimentar el cual ella no conocía y se orillo con rapidez en el lugar más obscuro.

No había tenido que luchar mucho para conseguir lo que quería y se mordió la lengua con fuerza de las ganas de gritar de la felicidad.

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