lunes, 30 de julio de 2007

Quisiera Ser - Capitulo 15

Por: Isabel

Capitulo 15

Y finalmente estaba ahí en la Universidad Western Carolina del Norte (WCU). Específicamente en el Colegio de Finanzas y no solo eso, se encontraba lejos de casa; se encontraba en Cullowhee, Carolina del Norte. Se sentía tan bien.

Hacia una semana que había llegado a ese lugar y se había dado cuenta de que su vida daría un verdadero giro y no solo eso. Que seria inmensamente feliz. Sus padres le habían alquilado un departamento a unas cuantas cuadras de la Universidad pero había estado tan concentrada poniendo todas sus cosas en su lugar y conociendo todos los pequeños lugares a su alrededor que había decidido que lo mejor seria dejar la Universidad para lo ultimo. Y no se arrepentía.

Sora aspiró el aire que entraba por sus pulmones mientras estiraba sus brazos con emoción. Finalmente se encontraba en ese lugar donde estudiaría finanzas durante los siguientes cuatro años de su vida. No solo era una de las mejores universidades del país y aquella en la cual se encontraba su carrera, si no también a como se había repetido constantemente en las ultima semanas estaba lejos de casa, lejos de su ciudad natal. Lejos de todas aquellas personas y aunque le doliese admitirlo también estaba lejos de él.

Sacudió su cabeza intentando sacar a Ken de sus pensamientos por centésima vez desde su arribo a aquella ciudad y decidió concentrarse a lo que iba. Conocería el campus y se registraría finalmente, ya era hora de que supieran que una de sus nuevas alumnas había llegado pero sobre todo que había llegado para quedarse.

“Sora, hoy inicia tu nueva vida”

Con la frente en alto camino rumbo a la puerta de uno de los grandes edificios que conformaban la división de finanzas y sin dudar un solo segundo camino hacia las oficinas de servicios escolares.

“Buenos días Srita, ¿en que puedo servirle?”

Una Sra. de aproximadamente cuarenta años la miro desde sus gafas de media luna y le sonrió abiertamente, parecía agradable.

“Buenos días Sra. mi nombre es Sora Naegino, eh venido a registrarme. ¡Voy a estudiar la carrera de finanzas en esta división!” Agrego emocionada mientras la señora esbozaba una pequeña sonrisa en sus labios.

“Bien, entonces necesito que te formes en aquella fila de allá”

La señora señalo una enorme fila de jóvenes de su edad que se miraban impacientes frente a una ventanilla. Muchos de ellos le miraban con curiosidad, otros con un poco de burla. Sora se sintió avergonzada al darse cuenta de su pequeño espectáculo y después de esbozar un casi inaudible gracias se dirigió a la fila.

Después de estar cinco minutos en la fila y mientras Sora comenzaba a sentirse fastidiada una chica rubia que se encontraban justo delante de ella se volteo a mirarla y le extendió su mano.

“Layla Hamilton, mucho gusto”

Sora no contesto nada pero cortésmente respondió a su gesto tomándola de la mano.

“Entiendo que estés fastidiada pero créeme que todos nosotros hemos estado aquí por mas tiempo que tu y aun intentamos parecer amigables los unos a los otros. Sora”

Sora la miro con los ojos como platos y antes de poder replicar Layla rió.

“Lo siento, al igual que muchos otros en la fila no pude evitar oírte mientras gritabas a todo pulmón tu nombre”

Sora sonrió a la chica por primera vez, no solo estaba un poco apenada sino tambien debía admitir que aquella nueva amiga intentaba ser solo amable.

“Siento haber sido grosera, no suelo serlo. Solo que no imagine que esto seria tan lento; ya me veía a mi misma recorriendo el campus”

“No te preocupes que parece ser que la Señora que atiene el modulo ha regresado de su almuerzo. No tardamos en pasar”

“Gracias, ¿Qué vas a estudiar tu?”

“Estudio Contaduría, me eh trasladado desde la Universidad de Chicago por motivos personales. Así que como soy relativamente de nuevo ingreso debo registrarme. Iniciare el cuarto semestre”

Mientras su pequeña charla crecía iban avanzando en la fila, Layla le había parecido muy amistosa y agradable. Esperaba poder llevarse con ella más con el tiempo; cuando el turno de Layla llego, Sora presintió que probablemente seria la última vez que hablaría con ella. Pero no había sido así, mientras Sora se acercaba al modulo con la Sra. que la atendería Layla le había dado una hoja con sus datos y le había asegurándo que se verían mas seguido.

“¿Su nombre por favor?”

“Sora Naegino”

-…-

Había ya dado más de seis vueltas al campus y aun no terminaba de maravillarse ante todo lo que veía. A momentos se sentía un poco tonta pero sabia que en cuestión de días aquella emoción se iría, así que la disfrutaría mientras durase.

Mientras caminaba fuera de uno de los edificios del lugar y decidía que era tiempo de retirarse vio que un taxi se detenía a no muchos metros de ella, curiosa admiro desde lejos como una cabellera rubia salía de este y al mirar el rostro de aquella persona su respiración se detuvo.

“¿Ken?”

Sintió que su corazón se aceleraba al mirarlo agacharse en la ventanilla del taxi y cerro sus ojos con fuerza intentando alejar esa imagen de sus ojos.

No, no y no. Ken no podía ni debía estar ahí, él le había dicho que se iba muy lejos, tal vez estaría en Chicago. Si, en Chicago. Según le comento Layla mientras esperaban en la fila era mejor el plan de estudios de Contaduría y eso era lo que él iba a estudiar, sacudió su cabeza intentando eliminar esa imagen de él frente a ella.

Pero al volver a abrir sus ojos volvió a ver a Ken caminando distraídamente hacia su misma dirección y cuando sus miradas se cruzaron el corazón se le detuvo. Ahora no tenía escapatoria. En menos de lo que canta un gallo Ken se encontraba frente a ella y sonreía de oreja a oreja.

Y si tú notas que he cambiado, ahora no es casualidad
No soy la misma, me cuesta confesar
Es que hace tiempo que ya no te veo igual, me empiezo a enamorar

“No esperaba encontrarte aquí”

Sin contestar nada le miro a los ojos y se sintió desfallecer, ¿Por qué tenia ese efecto en ella?.

“Lo siento, pensé que después de aquella pequeña charla de despedida en tu casa las cosas habrían cambiado. Pero ahora veo que no es así, siento molestarte Sora. Nos vemos”

Lo vio caminar son soltura rumbo al edificio y se reprocho mentalmente aquella forma de actuar, se había prometido a si misma cambiar su historia ahora que se encontraba lejos de casa y sobre todo se había prometido a si misma no cometer los mismos tontos errores del pasado y aunque confiar en Ken sonaba a un error, el dejarlo partir sin antes hablar realmente también era una verdadero error.

Antes te tuve a mi lado como el amigo siempre fiel
Y ahora que no estas aquí llame para decirte por teléfono:
Te necesito aquí...

“Aun no te vayas Ken, creo que no hemos terminado de hablar. No aun”

Él enfoco su cristalina mirada en Sora y sonrió una vez más.

“¿Quieres tomar un café?. Creo que mi registro podría esperar solo un día mas”

Sora rió animada al oírlo decir eso y lo invito a tomar el café a su departamento, después de todo quedaba a muy pocas cuadras. Sin titubear Ken acepto y después de unos minutos se encontraban los dos en la sala de Sora tomando una humeante taza de café.

“Y bien, ¿Cómo llegaste hasta acá?” pregunto Ken curioso.

Sora sabia que debía ser sincera si quería iniciar bien aquel nuevo capitulo de su vida, así que sin chistar le contó a Ken sus verdaderos motivos.

“Francamente al principio iba a estudiar mi carrera en nuestra universidad por que no sabia a donde ir, ni tampoco me importaba Ken. Pero después de aquel día en el campamento decidí que debía irme lo más lejos posible. El Profesor Connel me fue de mucha ayuda y me recomendó entrar aquí. En cuanto mire la locación decidí que aquí estudiaría. ¿Y tu?”

Ken tomo un gran sorbo de su café antes de contestar y se miro las manos con mucho detenimiento.

“Para serte sincero mis razones fueron las mismas, después de aquel día en el campamento y ver que durante los siguientes días me ignorabas de la peor forma posible decidí cambiarme de universidad, iba a estudiar a dos horas de casa para poder estar cerca. Pero sabía que si me quedaba así de cerca solo sufriría, así que consultando al Profesor Connel y después de revisar todas las universidades fuera del área que tuvieran la carrera me dio dos opciones. Una de ellas era Chicago, pero al final decidí que lo mejor seria venir hasta acá. No se por que, solo se que me decidí por venir aquí. Creo que el resto es historia”

“Parece ser que el Profesor se empeño en reunirnos, ¿no crees?”

Ya no puedo estar sin ti, me vuelvo loca
A ciegas sin pensar, te deje marchar
Y si tu quieres, si lo quieres lo podemos intentar
Si pruebas una vez te puedo enamorar

El comentario de Sora hizo reír a Ken y después el silencio reino. Era incomodo, especialmente para Sora que deseaba poder hablar de todo lo sucedido, solo que no sabia como empezar.

“Yo—“

Ambos rieron al darse cuenta de que intentaban hablar al mismo tiempo y tras una breve discusión Ken cedió la palabra a Sora.

“Ken, en verdad lo siento. Eh sido muy tonta al no querer escucharte, incluso aquel día en mi casa evite el tema aunque sabía que seria probablemente la última vez que te vería. Espero que me perdones, pero sobre todo que entiendas que me sentía y aun siento herida, ustedes fueron y son mis mejores amigos y el solo hecho de saber que habían jugado conmigo me dolió mucho”

Al mirar la expresión de reproche en los ojos de Ken se detuvo y al no encontrar respuesta alguna continúo.

“Mia me explico su versión. Pero me gustaría escuchar la tuya Ken”

Nunca vi cuanto me amabas, no nunca te supe valorar
Ahora es mi turno, de luchar por ti
Regresa de una vez te necesito aquí

Esperaba encontrarse con que Ken decidiría mandarla a freír espárragos pero no tardo mucho en responder a su petición.

“Todo lo que te dije en el campamento es la verdad Sora, lo de Mia y yo fue un malentendido. Pero solo al principio, estaba tan dolido y preocupado por perderte que cuando Mia me propuso ahora si en realidad fingir que éramos algo no lo dude. No te imaginas el remordimiento que tenia todas las noches, pero el verte siempre con Oswald me hacia mas terco y mas empeñado en que el plan funcionase”

Hizo una pequeña pausa en la cual tomo otro gran sorbo de café antes de continuar.

“Aquella noche, en la fiesta de graduación Mia y yo decidimos que no valía la pena seguir más tiempo con ese juego. Por eso mismo te fui a buscar, quería contarte todo de una vez y finalmente quitarme ese peso de encima y sobre todo si te iba a perder, quería saberlo ya por que la incertidumbre me mataba. Sin embargo no tuve el valor, no lo tuve hasta que en el campamento un amigo me aconsejo que lo mejor seria usar la sinceridad. Yo también lo siento Sora y aunque se que jamás me perdonaras quiero que sepas que mis sentimientos no han cambiado. Y que si estas dispuesta… lo intentaría otra vez”

Para cuando Ken había terminado Sora sentía que su corazón explotaría, pero no estaba segura de que hacer o que pensar. Si le daba una oportunidad mas traicionaría aquel dolor que estaba latente, por que aun le dolía lo sucedido. Pero si no lo aceptaba temía perderle… o aun peor, perder su amistad.

Ya no puedo estar sin ti, me vuelvo loca
A ciegas sin pensar, te deje marchar
Y si tu quieres, si lo quieres lo podemos intentar
Si pruebas una vez te puedo enamorar

Sin embargo, no tuvo mucho tiempo para pensar por que de pronto sintió los tibios labios de Ken sobre los suyos y se sintió desfallecer. Eran suaves al contacto con los suyos y la forma en que se movían sobre los de ella era totalmente suave y tierna. No tardo mucho en corresponder a aquel beso que con el paso de los minutos se volvió mas acalorado. Cuando el aire les faltaba ambos se separaron y sin dejar de contemplarla Ken musito acariciando sus mejillas.

“No te imaginas cuantas veces imagine esto Sora, pero jamás pensé que seria tan maravilloso. Te amo”

La abrazo con fuerza y necesidad mientras lo oía sollozar sobre su hombro. Nunca antes lo había visto de esa manera, tan vulnerable…. y su corazón sintió la congoja al verlo sufrir.

De ninguna manera merecía su desprecio por que no sentía algo como eso por él, pero tampoco podía aceptar tan pronto una relación con él. Aun no se sentía segura. Acariciando con ternura su cabello le dijo palabras reconfortantes hasta que limpiándose las lagrimas un apenado Ken se puso de pie.

“Lo siento, creo que debería irme”

Sin ti me vuelvo loca
A ciegas sin pensar, te deje marchar
Y si tu quieres, si lo quieres lo podemos intentar
Si pruebas una vez te puedo enamorar

Sin decir una sola palabra lo observo caminar hacia la puerta y justo antes de salir le tomo la mano deteniéndolo antes de abrir el picaporte.

“No te puedes ir aun Ken, no me has dejado decirte lo que yo siento. Ken, solo necesito tiempo, por que la sensación que un solo beso tuyo causa en mi es mayor que la que cualquier cosa otra jamás ha causado en mi y se que a eso se le llama amor”

Observo como Ken esbozaba una sonrisa de oreja a oreja y después la tomo entre sus brazos con fuerza.

“No te preocupes Sora, te prometo que esperare y cuando estés lista serás la chica mas feliz en toda Carolina del Norte… y del mundo”

Bajándola poco después y sin permitirle decir algo mas la beso rápido en los labios antes de salir por la puerta. Sora mientras tanto, se toco los labios contenta y sonrió al momento en que oía a Ken desde abajo gritar con alegría.

Se sentía diferente, nueva y renovada. Pero sobre todo, sentía que a partir de ese momento su vida tomaría un rumbo que hacia mucho tiempo la esperaba. Solo era cuestión de tiempo.

Y tiempo a ambos les sobraba.

Te puedo enamorar

Ha-Ash – Si Pruebas una Vez

FIN

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