lunes, 30 de julio de 2007

Quisiera Ser - Capitulo 4

Por: Isabel

Capitulo 4


Al principio Ken no logro entender como había sido posible que Sora se dejara convencer por Leon de mantener alguna relación fuera de la normal con él, pero a su mente indudablemente llegaron todas y cada una de las citas que tuvieron y lo que Sora le contaba.

Frente a ella Leon era un pequeño cachorro indefenso y lindo. Frente a los demás, un joven arrogante, grosero, despiadado... o a como Ken agradaba llamarle: un patán.

Después de todo lo que Mia le dijo no puso mucha atención en el colegio, pero si había algo que tenia mas que claro era la necesidad de hablar con Sora y preguntarle personalmente que había sucedido realmente, ella era su amiga antes que nada y a pesar de sentirse terriblemente frustrado de pensar que ella pudo ser de alguien mas que no era él quería saber la verdad para ayudar a su amiga.

Leon era capaz de todo y él no permitiría que Leon se burlara se SU Sora.

-...-

Estaba en su casa un poco inquieto, no se había atrevido a enfrentar a Sora aquel día, no creía poder soportar a Sora diciéndole que había sido de Leon. Pero cuando su teléfono celular sonó y miro en la pantalla el nombre de Mia tiritando comprendió que Mia confiaba en que él arreglaría las cosas. Sin importarle la hora tomo su chaqueta y se dirigió directo a casa de Sora.

Una vez en la puerta se sintió incapaz de hacerlo, pero al recordar lo delicado del asunto y lo tanto que lo implicaba a él de manera sentimental apresuro el paso hasta tocar la puerta. La madre de Sora lo recibió con una amplia sonrisa.

“Ken, que gusto me da verte. Seguro tu podrás ver que sucede con Sora” agrego consternada “No ha salido en todo el día de su habitación y se niega a contarnos que ha sucedido. Tal vez tu puedas lograrlo”

Permitiéndole el acceso a la casa él sonrió tranquilo y camino con rapidez hacia las escaleras, cuando se encontraba frente a la puerta de la habitación de Sora sintió un vació embriagándolo y sin dudarlo mas asomo su cara a la obscura habitación de Sora.

“Ken, ¿qué haces aquí?”

La voz de ella sonaba tan triste que eso le partió el alma, encendió la luz rápidamente y se acerco a ella sin decir una sola palabra, se sentó a un costado de ella en la cama y armándose de valor afronto la realidad esperando que no lo golpeara demasiado duro.

“¿Es cierto que te acostaste con él?”

Miró el miedo en los ojos de ella y sintió un dolor agudo en el corazón ante sus sospechas pero no daría nada por sentado hasta no oír de la boca de ella la verdad. Ansioso y algo desesperando ante el silencio de ella le suplico una respuesta intentando sonar lo mas tranquilo posible.

“Sora, contéstame por favor”

La vio suspirar, como intentando reunir el valor necesario para confesar algún pecado y el ambiente se tenso por un segundo. Lo que vino después solamente termino de afirmar sus sospechas.

“Si Ken, mantuve relaciones con él en una ocasión”

La vio relajarse ante su confesión, pero contrario a ella él sintió que no podría manejar la situación con calma durante más tiempo. Desesperado e impotente exclamo a tono de reproche.

“¡¿Pero como pudiste?!”

Se sintió tan herido por un momento que creyó que de estar Leon cerca de él lo mataría en segundos, reaccionando un poco y dándose cuenta de que así no ayudaría a Sora en lo mas mínimo se puso de pie y comenzó a dar vueltas en círculos una y otra vez.

Poco después agradeció a Sora internamente por no decir nada hasta verlo mas calmado y poniéndose de pie lo enfrento.

“Ken, yo...”

Realmente sintió que lo de menos era que ella le diese explicaciones, la callo poniendo su mano levemente sobre su boca y sintiendo la sangre hervir en un lapsus posesivo inquirió desafiante.

“Y dime Sora, ¿por qué permitiste que ese imbecil te convenciera de algo como eso? ¿Acaso no pudiste pensar en las consecuencias? ¿En lo patán que era?, de solo pensar que te puso un dedo y encima se atreve encima a humillarte de esa manera me dan ganas de...”

No se dio cuenta de que su tono de voz había aumentado con cada palabra y Sora le dijo suplicante.

“Por favor Ken, baja el tono de voz mis padres te van a oír”

Entrando en razón, la miro apenado y se disculpo sintiéndose terriblemente mal. Sora no se merecía que le hablase así, Leon era el culpable de todo.

“Lo siento Sora, es solo que realmente me tiene confundido. Pero te prometo que no voy a permitir que te vuelva a lastimar, de eso me encargo yo; ese patán se arrepentirá de haberte lastimado”

Al verla sonreír se sintió mejor y sintiendo como los brazos de ella se amoldaban a él en un tierno pero fuerte abrazo, respondió a este pensando que de no ser por que estaban en esa situación se le declararía ahí mismo sin importar si lo rechazaba o no.

La voz del Sr. Naegino lo hizo despertar de esa ilusión.

“¿Todo bien cariño?”

Separándose de él Sora se dirigió a su padre y mientras asentía su papá desaparecía del lugar. Se sintió tan estúpido, por su culpa sus padres ahora estarían enterados del problema y seguro la estarían fastidiando hasta oírla sacar todo. Intento disculpase.

“Lo siento Sora, no era mi intención que oyeran”

“No te preocupes Ken, creo que si te lo hubiese dicho desde un principio esto no habría sucedido... es solo que me daba vergüenza contártelo”

Si se lo hubiese dicho antes seguro que lo tomaba igual o peor que en esos momentos. Después de un largo silencio Sora busco sus ojos y con las lágrimas atentando a salir pregunto consternada.

“¿Cómo pude ser tan tonta?”

Ken solo la abrazo con fuerza mientras intentaba reanimarla, por dentro sentía que quemaba. Leon se las pagaría todas juntas.

-...-

Los siguientes días fueron unos de los más desafiantes para la paciencia de Ken. Los rumores de Leon y Sora eran cada vez mas frecuentes, encima la ausencia de ella levantaba sospechas.

“Oí que la muy tonta se embarazo, creyó que así amarraría a Leon, pero él no es tan tonto como para caer en ese juego”

Alcanzo a oír aquella mañana mientras dos chicas hablaban de los últimos chismes, apretó los puños molesto pero se contuvo de interferir.

“Gracias pequeña”

Aquella voz detrás de él no era la de nadie mas que Leon, se volteo a mirarlo y Leon lo miro un segundo para después ignorarlo y tomar de la barbilla a una chica de un grado debajo de ellos, susurrando algo a su oído y alejándose de ella.

Al pasar Leon a un lado de él sonrió con burla mientras lanzaba una pregunta al aire.

“¿Cómo estas amigo?”

Ken no respondió nada, solo lo miro partir casi a punto de estallar. No armaría un escándalo en medio del pasillo por mucho que deseara tomarlo del cuello y romperle la cara ahí mismo.

“Me contó Leon que Sora fue la que planeo todo, esa chica es todo un estuche de monerías. Se veía tan tranquila”

Al oír aquello intento pasarlo desapercibido y lo logro pero justo cuando tentaba con dirigirse a su aula, escucho otro comentario que lo hizo detenerse y oír detenidamente.

“Seguro que Leon no era el primero con el que se acostaba, creo que seria apropiado seducirla. No creo que tarde en abrir la piernas”

No lo soporto mas, se volteo molesto a encarar a aquel chico y lo aprisiono contra su casillero; mirándolo directo a los ojos desprendiendo fuego siseo.

“No te atrevas a hablar de Sora de esa manera nunca mas. ¿Entendiste?”

El chico que era de un grado debajo que ellos y considerablemente más pequeño que Ken palideció ante su acción y sin emitir una sola palabra asintió.

Al sentir las miradas de varias personas sobre él, Ken reacciono y acomodando su ropa soltó al chico sin dejar de mirarle. El pobre chico salio corriendo y Ken ignorando a los demás camino hacia su salón.

Mientras la clase de historia transcurría pensaba una y otra vez en Sora y todo lo que tendría que enfrentar, aunque a pesar de su preocupación estaba seguro de que Sora lograría superarlo, no cabían dudas de que había comentarios muy ofensivos y sin duda la afectarían. De todos modos ahí estaba él para apoyarla.

Y así fue durante todo ese tiempo. Para Ken Robbins su mayor prioridad en aquellos momentos se limitaba al nombre Sora Naegino, su entrañable amiga y la mujer que mas quería en este mundo.

Después de unos cuatro meses en los cuales las cosas habían estado terribles para Sora él había estado ahí y no la había soltado un solo momento. Si con una pequeña palabra reconfortante podía apoyarla y hacerla sentir mejor cuando las cosas se tornaban de lo mas insoportables eso tendría de él, pero a su punto de vista su mayor reto en defenderla fue el día que se que había enfrentado finalmente a Leon.

Jamás lo olvidaría mientras viviera.

-...-

Aquel día especialmente tenia un muy buen humor para ser víspera de exámenes ínter semestrales, mientras la mayoría se encontraba un poco preocupado por estos él se mostraba de buen humor y sobre todo contento, no podía negar que a pesar de las circunstancias un poco pesadas en cuanto a Sora se trataba aún guardaba un poco de tiempo para si mismo y ese tiempo era el que le proporcionaba aquel día ese semblante.

“Buenos días Ken” Saludó Sora llegando hasta él y dándole un beso en la mejilla.

Apenado él respondió un saludo solo audible para ella.

“¿Nos vamos al salón?, necesito que me ayudes con algo”

Tomando sus libros de matemáticas financieras ambos se dirigían al salón cuando unas risas provenientes de aun lado los distrajeron. Pero lo que venia no lo esperaban.

“Sora, ¿así que ahora buscas consuelo en los brazos de Ken?”

Leon que era quien había pronunciado aquello se encontraba recargado en su casillero.

“Por favor Leon no fastidies” Contesto Sora visiblemente irritada.

Aquella era la primera vez que Sora se atrevía a hacer frente a algún comentario hacia ella y lo que mas sorprendió a los presentes fue su determinación ante Leon, no parecía intimidada.

Tomando con mas fuerzas sus libros entre sus manos inicio el camino de vuelta mientras Ken la seguía, pero Leon no se dio por vencido y no conforme con aquella forma en que Sora lo había desechado los siguió a paso rápido, solo para enfrentarlos una vez mas antes de ingresar a su aula.

“No podrás deshacerte tan fácilmente de mi Sora, no basta con querer hacerte la fuerte ni mucho menos la ofendida conmigo. Todos aquí sabemos que fue lo que realmente sucedió”

La risa burlona que escapo de los labios de él fue el inicio de un coraje que Ken solo tenia para Leon, decidido a enfrentarlo lo miro directo a los ojos sin decir nada, a diferencia de él, Leon parecía no querer parar ahí.

“¿Qué sucede Robbins?, ¿estas molesto?, venga... no deberías estarlo. Es mas deberías estar agradecido que estoy defendiendo tu posición como hombre, andar cerca de mujeres como Sora no es nada bueno”

“¡Cállate!, no voy a permitir que hables así de ella” Agregó visiblemente molesto Ken acercándose a Leon desafiante.

Sora que se había mantenido callada hasta aquel momento presa de un sentimiento de melancolía tomo a Ken del brazo en un intento por evitar una confrontación entre ellos.

“Por favor Ken”

Pero él no la escucho, sin quitar la mirada de los fríos ojos de Leon intento defenderla.

“Lo que sucede aquí Leon es que no puedes superar el hecho de que Sora ya no vive de ti y que simplemente para ella no estas mas en el mapa”

Leon rió burlón pero no respondió nada y Ken dando por sentado que había ganado tomo a Sora de la mano en un intento por entrar al aula.

“Pero para mi jamás dejara de ser lo que es... una ofrecida”

Las siguientes palabras pasaron por la mente de Ken como un eco que solo lo hacia hervir de cólera en contra de Leon, apretó los puños intentando calmarse pero esta vez no tenia solución.

El resto de los presentes al no ver acción por parte de nadie pensaron que aquel espectáculo había terminado ante esta declaración por parte de Leon y comenzaron a dispersarse, pero sin previo aviso Ken propino a Leon un golpe que lo dejo en el suelo sin defensa.

Al levantar su rostro Leon propino a Ken una de las miradas mas gélidas que jamás le hubiese dado a alguien. ¿Cómo se atrevía a tocarlo? Y lo que mas calaba hondo en su mente era la razón por la cual lo había hecho. Después de limpiar de su rostro pequeños rastros de sangre argumentó.

“¿Quién demonios crees que eres para golpearme Robbins?”

Su tono de voz era mas amenazante que nunca, y contrario a lo que muchos pensaron Ken sonrió victorioso antes de contestar.

“¿Acaso eso importa?. Lo único que espero te quede muy en claro es que con Sora no te metes”

La sonrisa de Ken en su rostro se desvaneció al momento de sentir un fuerte golpe en la mejilla. La fuerza con la cual Leon lo había golpeado sin previo aviso lo había dejado algo aturdido pero no lo suficiente como para tumbarlo o hacerlo flaquear. Al contrario, se mantuvo de pie pese a todo y no dio indicio alguno de querer darse por vencido o mostrar dolor siquiera.

A aquel golpe por parte de Leon prosiguieron una multitud de estos por parte de ambos, la pelea había iniciado y no se veía el momento en que alguno de los dos se diera por vencido; aun estando aturdidos y adoloridos continuaban intentando dar a su oponente el máximo de dolor posible.

Fuera de aquella pequeña atmósfera que los dos habían creado a su alrededor se encontraba una gran cantidad de alumnos y amigos de ambos presenciando el acto. Entre esos Sora, la cual no dejaba de gritarle a Ken que se detuviera pero Ken simplemente hacia caso omiso a todos sus llamados. Quería terminar lo que había iniciado y no se detendría hasta el final.

“¡Ken, por favor detente!”

Aquella no era la primera vez que oía a Sora gritar su nombre y esa misma frase en la misma oración, sin embargo esa vez fue diferente. De pronto un par de brazos lo tomaron con fuerza de la camisa y lo separaron de Leon, el cual se encontraba casi debajo de él.

“¿Qué significa esto?”

Su profesor de Matemáticas lo veía con una expresión que variaba entre el horror, asombro y la decepción. Pero ni tanto él como Leon respondieron algo, estando de frente con el profesor frente a ambos Leon lo miró una vez mas antes de intentar agredirlo de nuevo al momento que el profesor se interponía entre ambos.

“Los dos, ¡a la dirección!”

Ninguno movió un solo músculo a partir de ese momento, podía sentir como su mandíbula estaba casi trabada de la tensión y el coraje que aun formaban parte de él, justo cuando hizo un vago intento por huir de la situación el profesor lo tomo del brazo y los dirigió a ambos directo a la oficina del director.

Y por primera vez en su vida, Ken no tuvo miedo de enfrentar algo que había hecho de manera casi totalmente conciente, si el director pretendía que se arrepintiese de aquel episodio no lo lograría.

-...-

“Solo espero que les quede claro que este tipo de conductas son inaceptables en esta escuela” Declaró el director viendo a los dos jóvenes que frente a él fruncían el seño en modo de desaprobación.

Desde el momento de ingresar a aquella oficina tomados por el brazo de uno de los profesores no habían dejado un segundo de mirarse de manera defensiva y de intentar culpar al otro en lo mayor posible sin poder ayudar al director a solucionar el problema.

Lo que mas complicaba el asunto era que parecía ser que ninguno de los dos estaba arrepentido de su conducta y de que aun estando en las deplorables condiciones que se encontraban parecían querer demostrar al otro ser inmune al dolor.

Nervioso ante la situación, el director bufó y los miro profundo antes de proseguir.

“Regresen a sus aulas, no tengo pruebas para culpar a alguno de los dos en concreto así que los dos tendrán su castigo. Yo les avisare después como y cuando será”

Sin decir nada los dos se pusieron de pie y caminaron rumbo a la salida y una vez fuera del lugar se miraron desafiándose una vez mas antes de partir a sus respectivas aulas.

-...-

Y así era como Ken Robbins se encontraba llegando a su casa ese día después de haber dejado a Sora en la suya, podía recordar con claridad todos y cada uno de los acontecimientos que antecedieron a aquella fecha y principalmente aquella pelea después de la cual Leon parecía haber desaparecido de sus vidas, al menos en físico, por que seguía calando hondo en Sora a ratos... pero Ken estaba decidido a demostrarle a Sora que él podía ser algo mas.

Era el tiempo de intentarlo.

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