lunes, 30 de julio de 2007

Quisiera Ser - Capitulo 7

Por: Isabel

Capitulo 7

No pudo esperar mucho para ir a la casa de Sora. Al termino de las clases tomo sus cosas y se fue rumbo a su casa dispuesto a charlar con ella. Estaba decidido a esta vez no dejarse por nada y simplemente sacarlo de su organismo. Nervioso tocó el timbre antes de que la mamá de ella le abriese la puerta.

“¡Ken!, que gusto verte. ¿Vienes a ver a Sora?”

Él asintió aun un poco nervioso pero decidido y mientras la Sra. Naegino lo dejaba entrar inspeccionaba el lugar en busca de Sora.

“No esta aquí, esta en su habitación. Regresó temprano de clases y no ha salido de ahí. Creo que se ha quedado dormida”

“Gracias señora. ¿Será que le pueda decir que estoy aquí?”

“Ohh, ¿pero que dices Ken?. Pasa a su cuarto y no te preocupes que no me molesto. Levántala. Confió en ti” Y guiñándole un ojo lo empujo rumbo a las escaleras.

Por un momento pensó que su mamá quiso darle a entender otra cosa pero prefirió tratar de concentrarse en lo que iba a hacer y lo estaba logrando a pesar de que sentía como todo su cuerpo temblaba nervioso. ¿Lo rechazaría ella o lo aceptaría?. Jamás lo sabría si no lo intentaba. Este era su momento y lo aprovecharía.

“¿Sora?”

Al entrar a la habitación la encontró en total silencio y corroboro lo que la Sra. Naegino le había dicho.

Sora estaba dormida, la observo por unos momentos dormir y corroboro que realmente era hermosa, sus mejillas sonrojadas y aquellos labios que él desearía poder probar estaban ahí frente a él. Solo le faltaba una cosa y eso era algo que siempre le había encantado de ella, su tierna mirada... aquella mirada que siempre parecía expresar más de lo que quería, era tan transparente.

Deseó que ella despertara en ese momento, pero supo que ella no lo haría a menos que él la levantara, la conocía demasiado bien como para saber que tenia el sueño pesado y tomando con delicadeza su mejilla con las manos susurro a su oído.

“Sora, soy Ken. Despierta”

Pero ella no se inmuto, así que la movió un poco sin conseguir resultado alguno y continúo llamándola suavemente al oído esperando que despertara.

“Sora... Sora, despierta por favor”

Después de unos minutos de estar llamándola sin respuesta alguna se sentó junto a ella en la cama y la movió un poco mientras se acercaba a su oído y susurraba una vez más que por favor despertara.

“Sora, despierta por favor”

Y fue así cuando finalmente ella lo hizo, le pareció mas hermosa aun al verla de esa manera y nervioso ante su propia actitud de un golpe se puso se pie.

“Ken, ¿qué haces aquí?” Pregunto ella frotándose los ojos y después mirándolo directo sin pestañear.

No pudo mas, aterrado se sentó en el primer lugar que encontró y antes de que ella pudiese siquiera protestar se armo de valor para hablar.

“Necesitamos hablar”

Una vez dicho aquello se sintió más que aliviado, definitivamente era bueno para su organismo decir aquellas palabras y aun estando un poco nervioso se puso de pie y comenzó a explicar todo.

“No se por donde comenzar pero creo que lo ideal seria por el principio”

Tomo una bocanada de aire y prosiguió mas tranquilo

“No se cuando comenzó todo esto Sora, solo se que así fue… inicio y comencé a sentir todo esto tan extraño en mi interior, es algo que no se puede describir ni controlar, solo sientes es una sensación como si tu corazón saliera por tu boca si la vez con otra persona o si no te habla un día o dos. No puedo seguir a si y tengo que decírtelo, tengo que actuar”

Para ese entonces Sora se encontraba de pie y noto que lo miraba un poco consternada, ¿acaso ella sentía lo mismo?. Jamás lo sabría si no terminaba de confesarse. Tomando sus manos entre las de el la miro directo a los ojos y se acerco a ella un poco para sentirla mas cerca.

“Sora, lo que intento decirte es que yo…”

Pero justo en ese momento cuando comenzaba finalmente a declararse la miro, tenia sus ojos cerrados y su respiración estaba agitada, sus labios parcialmente abiertos. En aquel instante, lo único que sintió fue un irreverente impulso por besarla y eso era lo que estaba a punto de hacer cuando sintió como un par de brazos lo apartaban.

Abriendo lo ojos nuevamente se encontró con Sora a punto de llorar.

“¿Acaso estas loco?, no te lo permitiré Ken”

La miro confuso, ¿a que se refería con eso?. Pero antes de poder replicar siquiera ella continúo.

“No jugaras conmigo ni con Mia. ¿Qué clase de persona eres?. Andas con Mia y después de decirme todo lo que sientes por ella intentas besarme. ¡No puedo creerlo!”

“Sora yo… déjame explicarte, estas malinterpretándolo todo”

Se acerco de nuevo a ella pero Sora lo tomo con fuerza del brazo y con un poco de dificultad lo fue arrastrando fuera de su habitación.

“No tienes que explicar nada. Olvidemos el asunto”

Y una vez que lo saco del cuarto inquirió decidida.

“Y cuando decidas no estropearlo con Mia, avísame. Adiós Ken”

Ken se quedo sin saber que decir y finalmente derrotado se dirigió a su casa. En ese momento se sentía frustrado y aterrado pero sobre todo molesto con una persona. Y mañana Mia lo escucharía.

-…-

Aquella mañana Sora no se había aparecido por el colegio y la verdad a pesar de estar preocupado por ella no se impaciento tanto por aquel detalle, lo único que quería en ese momento era poder ver a Mia para llevarla a un lugar seguro y charlar a solas. ¡No podía creerlo!, en lugar de ayudarle con Sora había estropeado todo con sus planes, desde el principio no se sentía seguro de sus tácticas… pero Mia lo escucharía.

“¡Buenos días Ken!, ¿Cómo te fue?... nos vemos en el receso para que me cuentes”

Mia se había aparecido de pronto a su lado mientras sacaba algunos libros de su locker, molesto la miro retirarse y se dirigió a su clase.

Cuando llego el receso se encamino hacia la cafetería y cuando la vislumbro comiendo en una mesa la tomo del brazo.

“Mia, tenemos que hablar en privado”

Mia lo miro sin comprender en aquel momento, se notaba tenso y molesto. Sin titubear le dijo que seria mejor que se dirigieran rumbo al gimnasio, que era el lugar mas seguro que conocía a esa hora. Sin decir nada él la soltó y camino delante de ella.

El camino al gimnasio fue de lo mas incomodo para Mia, aun no lograba explicarse esa extraña actitud en Ken y eso la hacia ponerse un poco nerviosa… esperaba que todo hubiese salido bien el día anterior entre Sora y él.

Para Ken era de lo mas normal aquella caminata, él estaba molesto y no deseaba decirle nada hasta estar en el lugar indicado, solo quería expresarle su molestia y tristeza internamente se prometió a si mismo no ser tan rudo con ella, después de todo ella solo había querido ayudar.

“Llegamos” dijo él rompiendo un poco el hielo y entrando con ella al gimnasio.

Nerviosos miraron para todas partes y al no ver signo alguno de vida cerca Mia lo tomo con rapidez de la mano y lo sentó en las bancas.

“Dime que todo salio bien por favor Ken, te noto tenso y molesto. Dime que no es por Sora”

Él agacho la mirada apenado ante su actitud y ella lo comprendió todo.

“¿Qué te dijo?, ¿te rechazo?. Si hizo eso te juro que voy directamente a hablar con ella y le cuento que todo fue por ayudarla a esclarecer sus sentimientos y que en todo caso yo asumo la responsabilidad”

“No vale la pena Mia, ella cree que tu y yo tenemos algo”

Asombrada se llevo las manos a la boca y negó con la cabeza.

“Es cierto Mia, demonios. ¡Incluso estuve a punto de besarla y justo en el momento cumbre me avienta y me dice que no voy a jugar con ustedes y que como es posible que después de decirle lo que siento por ti intente besarle!. Mia, no se que fue lo que hice mal, después de salir de su casa… estaba decidido a cortarte la cabeza hoy mismo. Pero la verdad no me atrevo, no es solo culpa tuya”

Agacho una vez mas la mirada y respiro profundo, ¿ahora que podía hacer por arreglar las cosas?.

“Tal vez es mejor así Mia, tal vez ella no me quiere y por eso no entendió que de quien hablaba era de ella”

Mia comenzó a reír y lo saco de sus absurdos pensamientos, con el seño fruncido la miro antes de preguntar.

“¿Y ahora por que ríes?, realmente no es gracioso y lo sabes”

“En realidad lo es Ken, ¿acaso no comprendes?. Sora esta celosa, Sora cree que tu y yo tenemos algo y esta celosa… ¡eso es todo!. ¡¿Por qué no lo pensé antes?!. Ken, tengo la solución perfecta”

“¿Y cual seria esa?”

Antes de obtener respuesta alguna la chicharra sonó y Mia se levanto de golpe.

“¿Qué te parece si te cuento mi plan en el camino?”

Salieron del gimnasio rápidamente mientras Mia comenzaba a contar su idea sin estar segura del si Ken aceptaría, contrario a lo que pensaron un par de ojos salio finalmente a la luz después de un rato.

Leon se encontraba tomando su siesta del día escondido debajo de las bancas del gimnasio cuando había oído voces, voces que le eran familiares. Cuando noto que eran Ken y la chica Guillem de su clase se sobresalto un poco y estaba dispuesto a salir cuando le oyó decir a la chica algo sobre Sora, así que guardando silencio y prudencia escuchó sin perder palabra alguna.

Sonriendo de lado, salio del gimnasio. Tenia el plan perfecto para recuperar a Sora y Ken no podría hacer nada al respecto.

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