Por: Isabel
Capitulo 5
Dos semanas después de aquel día que vieron el atardecer Sora estaba absorta mirando el techo de su habitación mientras pensaba en muchas cosas, pero aquella que acaparaba casi totalmente su atención era Ken.
Para ella no solo era su mejor amigo y confidente por excelencia, probablemente podría compararlo como a un hermano pero sabia que tal vez eso no seria suficiente para describirlo... pensándolo bien realmente no tenia una definición correcta para definirlo.
A su punto de vista Ken tenia tantas facetas que a pesar de conocerlo de años a veces no lograba terminar de descubrir del todo quien era él.
Conocía al Ken preocupado, al Ken feliz, al Ken molesto e incluso al enamorado... no, no conocía a ese ultimo Ken.
“¿Quién podrá gustarle?”
Aquella pregunta al aire le hacia tener tantas dudas que después de pensarlo mucho rodó sobre su cama pensando en el que sucedería si Ken estuviese enamorado de ella; sacudiendo su cabeza se reprimió mentalmente por aquel pensamiento tan absurdo.
“Eso jamás sucederá, yo solo soy su amiga... su amiga y nada mas”
Sin llegar a ninguna conclusión prefirió dejar de pensar en cosas tan irrelevantes y salio a dar un paseo para despejarse.
-...-
Su actitud había cambiado tan de pronto que no lograba explicarse que sucedía por la mente de su amigo. Las semanas anteriores seguía siendo aquel Ken que siempre había sido, aquel que la apoyaba y no la dejaba jamás sola.
Ahora se mantenía constantemente mas ocupado como para compartir algunos momentos con ella y últimamente charlaba a todas horas con Mia. Interrumpiendo sus conversaciones siempre en cuanto ella se les unía.
“¡Buenos días chicos!” Saludo ella un tanto insegura mientras Ken y Mia detenían de pronto su charla.
“Buenos días Sora” respondió él antes de ponerse de pie y caminar directo dentro del edificio.
Ella lo observo atónita, en esta ocasión el descaro había sido demasiado y no pudo aguantar mas a preguntar si sucedía algo.
“Mia, ¿te... te puedo preguntar algo?”
Su amiga la miro un poco extrañada pero asintió mientras tomaba su mochila con firmeza y emprendía su camino rumbo al edificio junto con Sora.
“¿Esta Ken molesto conmigo o algo así?” Se mordió el labio nerviosa esperando ansiosa la respuesta.
“Claro que no, ¿qué te hace pensar eso Sora?. Ken es el mismo de siempre”
“Pero---”
“Disculpa, me tengo que ir. Hoy tengo a primera hora geometría y si no llego a tiempo el profesor se enoja. Hablamos después”
“Si...”
Sintió las lagrimas agolparse en sus ojos de pronto, ¿por qué se tenia que poner tan sensible ante una situación tan tonta como esa?.
Ken era su amigo y ella lo sabia, el hecho de que ella no tuviese nada que hacer no significaba que él también no tuviera algo que hacer. Y sobre todo, el hecho de que su vida amorosa fuera de mal en peor no significaba que la de él también. ¿Por qué tan solo no le decían de una buena vez que eran novios?.
Frustrada golpeo el piso antes de avanzar rumbo a su aula. Ese día no se sentaría ni remotamente cerca de Ken, después de todo él no la extrañaría.
-...-
“¿Segura que funcionara Mia?, la noto desanimada y eso no me agrada”
La preocupación en la voz de Ken era mas que notoria y Mia lo miro enternecida, ¿tanto era el amor que él sentía por ella?.
Ellos dos habían concretado que sus citas serian todas la tardes en la biblioteca de la escuela para poder ultimar detalles acerca de cómo el plan que Mia había conjurado iba avanzando y aquella tarde no seria la excepción.
“Estoy segura de que funcionara Ken, esta mañana me ha preguntado muy alterada si estas molesto con ella”
“¿Qué le contestaste?” Pregunto él ansioso.
“No te preocupes, nada fuera de lo normal. Solamente le dije que claro que no, que eres el mismo Ken de siempre”
Al notar la expresión de preocupación en los ojos de su amigo agrego.
“Tarde o temprano caerá en cuentas y veras que todo marchara viento en popa Ken. Sora te quiere, créeme que así es. Solo tiene que esclarecer su mente y si la dejas respirar por si sola un tiempo se dará cuenta de lo que realmente siente por ti”
“¿Estas segura?, no quiero perderla Mia. Yo se que me necesita, además... creo que no ha superado del todo a Leon y él... él gracias a Dios no se le acerca ni un centímetro” Agrego de manera acida mientras buscaba una ficha bibliográfica.
Mia rió entretenida mientras lo veía buscar entre los cajones y contesto mas convencida que nunca.
“Créeme que esta noche no soñara con Oswald, alguien mas acaparara sus pensamientos... y apostaría cualquier cosa a que ese alguien serás tu”
Como gesto simpático ella le guiño un ojo para darle un poco de picardía al asunto y él rió mas relajado esperando que así fuera.
-...-
Sora caminaba absorta en sus pensamientos rumbo a su casa.
Los había visto en la biblioteca, y ahora no le cabía la mas mínima duda de que eran novios. ¿Por qué no se lo decían?, ella no se molestaría... no señor, al contrario. Estaría feliz por sus amigos... ¿no era así?.
Estando tan metida en sus pensamientos no había visto hacia donde se dirigía y de pronto había chocado con alguien cayendo directamente sobre el asfalto. Poniéndose de pie aun un poco aturdida se disculpo amablemente.
“Disculpe, no me fije por donde iba”
Al levantar la mirada su cara se congelo y la persona frente a ella sonrió arrogante.
“No me extraña eso de ti Sora, parece ser que nunca te das cuenta de lo que haces”
¿En que momento se había topado con Leon en medio de la calle?, ¿acaso las cosas no podían salirle mejor?. Definitivamente en estas ultimas semanas en lo último que había pensado era Leon, pero verlo sin duda alguna la hacia sentirse amenazada.
“Bien, adiós” Contestó ella cortante antes de emprender de nueva cuenta su camino y apresurando el paso intentando alejarse de él.
Pero de pronto una mano la tomo con fuerza del brazo obligándola a detenerse.
“Espera... necesito hablar contigo”
Leon la había obligado a voltear su vista hacia él y ahora ella peleaba por su libertad sin mucho éxito.
“Escúchame solo un momento y prometo no volver a molestar” agrego él soltándola.
“Esta bien, pero apresúrate por que tengo algunas cosas que hacer”
Estaba nerviosa, hacia mucho que él no le dirigía la palabra y eso solo significaba problemas, sin embargo paso un tiempo antes de que él emitiera palabra alguna y mirándola a lo ojos hizo lo que jamás pensó él haría.
“Lo siento” Y sin decir mas camino hacia el camino contrario alejándose de ella.
Sora se quedo unos instantes más parada en aquel mismo punto antes de reaccionar. Debía de estar soñando, Leon no se había disculpado con ella y eso jamás había sucedido.
“Pero si lo hizo” Inquirió inquieta mientras llegaba a su casa y saludaba a sus papas un poco ofuscada.
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