jueves, 24 de julio de 2008

Secreto - Capitulo 3

Por: Isabel
Capitulo 3

Al siguiente día llegue mas temprano de lo normal ya que no había dormido en toda la noche pensando en Bankotsu, esto de pensar en él y sus susurros aunados a estos aquella noche comenzaban a volverse obsesivos, simplemente no podía sacarme de la cabeza cada imagen de él, pero el hecho de no poderlo sacar de mi cabeza no significaba que me atrevería a algo mas. Simplemente no podía, yo misma había trazado las reglas y ahora tenia que seguirlas.

Cuando comenzaron a llegar todas las demás me encargue a mi misma de distraerme charlando para perder el tiempo y no pensar en aquello que si seguía de esa manera afectaría a mi salud justo cuando estaba por iniciar la clase Bankotsu entro, tan bello como siempre y espere su típica actitud distante conmigo, pero a diferencia de todo ese tiempo, en esta ocasión se había acercado a mi con rapidez, dándome un papel el cual guarde con rapidez en mi mochila mientras este llamaba la atención de todas ya que la clase tenia que iniciar.

Una vez en casa tome de mi bolsa aquel papel y lo leí antes de ir a tomar una ducha, me decía que las clases serian todos los viernes a las seis de la tarde en un edificio del centro de la ciudad, recordaba haber pasado en una ocasión o dos por ahí y haber visto algún letrero de clases de algún tipo, pero nunca antes le había puesto mucha atención, de ahora en adelante, mis clases extras serian ahí. No me quedaba mas que esperar a que fuera viernes, para asistir a mi primera clase, sin muchas esperanzas de pensar en el que mis clases pudiesen ser agradables dada la situación, es decir, que realmente sabia todo lo que Bankotsu suponía no sabia.

Las clases habían sido tan pesadas el resto de la semana, no solo para mi si no para el resto de las chicas que para cuando fue jueves y la clase termino pude oír como muchas daban gracias a Dios de tener todo un fin de semana para descansar, entre esas Sango.

“Ay no te imaginas el alivio Kag, las clases esta semana han estado pesadísimas, creo que Ban comienza a subir el ritmo”

Recordé sus palabras, necesitaba avanzar pero sin que yo "avanzase" no podría hacerlo.

“Si, tienes razón” dije limpiándome con mi toalla el rostro sudado

“Menos mal que mañana es viernes… ey, ¿te gustaría acompañarme a ir de compras?. Miroku tiene esta fiesta de negocios muy importante y lo voy a acompañar, necesito tu sincera opinión y sabes que no haya nada como una BUENA opinión antes de llevar algo a una fiesta”

Estaba por decirle que si cuando recordé mis clases con la amiga de Bankotsu, ahora también mis viernes se verían ocupados.

“No puedo Sango” respondí simplemente a la vez que tomaba un sorbo de mi botella de agua y salíamos rumbo al estacionamiento.

“¿Por que no?, es viernes, en la tarde, no yoga por las mañanas, no nada, además, necesito tu ayuda” dijo ella mirándome con aquella mirada examinadora.

“A menos...” agrego mientras se soltaba el cabello y comenzaba a rehacer su cola.

“A menos que... ¿que?” dije intentando no darle importancia al asunto.

“A menos que haya algo que o no me hayas contado o no me quieras contar” Agrego acusadoramente.

“No Sango, no lo hay, tu sabes que me encantaría acompañarte, pero tengo este compromiso que me hice hace meses con una amiga y tengo que cumplirle, lo siento” dije sonando mas convincente de lo que deseaba sonar.

Si no le decía el motivo principal era por el miedo al bombardeo de preguntas que seguramente haría, las cuales obviamente no deseaba contestar. Me miro un poco convencida, mas no del todo.

“Esta bien, será para la próxima” Y después de un largo silencio no despedimos antes de ir a nuestros autos.

Aquella tarde mientras subía los escalones para llegar al cuarto piso de aquel edificio verde con grandes puertas y olor a antiguo, me preguntaba como seria la amiga de Bankotsu, no me había dado su nombre y menos una descripción de ella, tal vez esperaba que lo descubriera en la primera clase, aunque no le encontraba mucho chiste a eso, aun así no le tome mucha importancia.

Una vez frente al umbral de aquella puerta que parecía ser de roble repase una vez mas lo que estuve ensayando todo el día "Hola, soy Kagome, la alumna de Bankotsu" no, no era así, pero ya no importaba, no era necesario improvisar nada.

Toque dos veces a la puerta y nadie abrió. Cuando estaba por tocar una tercera vez, la puerta se abrió, dejándome ver el interior, era un departamento de una sola habitación con baño, acondicionada 100% para el ballet, no había dudas de que su amiga a eso se dedicaba, las paredes llenas con grandes espejos y aquellas barras típicas en el ballet y en conjunto a aquello, grandes ventanas por las cuales se colaba la poca luz que había y eso solo era la primera vista, entre cautelosamente, checando quien había abierto y justo cuando vi quien, mi corazón se acelero como si hubiese corrido un kilómetro en persecución de alguien mas. Era Bankotsu.

“Llegas a tiempo” dijo al momento que cerraba la puerta mientras yo lo miraba con recelo, una mirada que se podría haber leído a millas.

“Ya se que no esperabas verme, pero sucedió un pequeño incidente el cual no logre comunicarte ayer, ya que te fuiste tan rápido al terminar la clase”

No dije nada, solo oía atentamente a lo que el tenia que decir.

“A Jackie le hubiese encantado darte las clases tal y a como habíamos acordado, pero una sobrina de ella va a cumplir sus XV años y justo anteayer su hermano le ah pedido que por favor sea ella quien le ayude con el vals, como su sobrina no tenia otro día libre mas que los viernes, Jackie me ah dicho que no podría darte las clases y me ah facilitado el lugar donde da sus clases para que yo te las de en lugar de ella, espero no importe, ahora que si tienes algún problema podemos posponer las clases hasta que--”

No, la idea de que el me las diese tenia mas importancia para mi de lo que él pudiese imaginar así que no lo deje terminar.

“No, así esta bien... no creo que sea un problema, a menos que creas que no puedes avanzar conmigo” Dije mientras me adentraba mas en el lugar para observarlo con mas precisión, él no dijo nada, solo me siguió en silencio, cuando el silencio ya no era necesario me encargue de por primera vez romper el hielo.

“Así que, ¿por donde comenzamos?” dije mientras acomodaba mi mochila en un rincón del lugar.

“¿Comenzar...?” dijo él como ensimismado en sus propios pensamientos.

“Si, ¿empezamos por el calentamiento? o ¿iniciamos los ejercicios directamente?, ¿cual prefieres?” en el fondo mi pregunta no era tan inocente como sonaba, pero parecía ser que él la tomaba como si lo fuese.

“Calentamientos” dijo con voz firme al momento en que miraba fijamente hacia la ventana, no sabia por que, pero presentía que eras clases serian mejor de lo que había pensado. Iniciando por la primera impresión, serian maravillosas, tal vez más que eso.

La clase había resultado tan aburrida que mi emoción hacia tener clases con Bankotsu para el final de esta se había esfumado, no me corrigió ni una sola vez, a pesar de que hice hasta lo imposible por equivocarme aunque fuese una vez por ejercicio solo por sentirlo acercarse a mi y decirme mi error, pero no había sido así, se limitaba a observarme mientras yo me mataba haciendo todo lo que decía, me la pensaría mas para asistir el próximo viernes.

Y así a como el tiempo pasa los días también y me encontraba ya en mi cuarta clase de los viernes y aun seguíamos igual, él desde un lado de la habitación observándome hacer los ejercicios y yo en el otro. Solo iba por el compromiso que había hecho con él de avanzar, inclusive había desistido en mi afán por no hacer aquel movimiento lento y aquel brazo o pierna a 90º o 40º, no... ya no lo hacia a 70º o a 50º, lo hacia a la graduación correcta y mis movimientos eran tal y a como siempre debieron ser, ahora mi único objetivo era librarme de esas tediosas clases, ya que si hubiese deseado repasar todo lo que sabia, bien lo podría haber hecho yo a solas en mi casa, habría sido lo mismo de cualquier manera, estar a solas con él eran tan vació y sin chiste que mientras mas rápido acabase la tortura seria mejor.

“No lo has hecho bien” dijo de pronto aquella clase mientras yo me agachaba con movimientos lentos y circulares al suelo, estaba harta de hacer aquel ejercicio tan seguido, me había sorprendido tanto oír su voz por primera vez en las clases que perdí el equilibrio cayendo sentada en la alfombrilla, mientras emitía un sonoro ¡ouch!, lo sentí acercarse.

“¿Estas bien?” me tendió su mano mientras la tomaba.

“Si estoy bien” agregue poniéndome de pie y soltándome de su mano lo mas pronto posible.

“No tenias por que preocuparte en venir ¿sabes?, tengo manos y pies, puedo pararme yo sola”

Sobe un poco mis glúteos tratando de apaciguar el pequeño dolor que la caída había causado.

“Lo siento” agrego él mientras se acomodaba su cabello despeinándolo en lugar de peinarlo, aquello me hizo recordar las múltiples ocasiones en que InuYasha solía despeinar su cabello por verse mejor y sonreí por lo bajo, a pesar de todo lo malo a veces siempre habrían pequeñas cosas que lo harían especial para mi

“Solo quería corregirte un pequeño error, déjame ayudarte”

Yo lo mire extrañada, ¿déjame ayudarte?

“Es decir, ponte en posición, te voy a corregir, anda que si terminamos bien este ejercicio por hoy será todo”

Algo emocionada por la idea de dejar primero el lugar me agache con cuidado, haciendo lo mejor que pudiese aquel ejercicio y esperando a que me dijera cual era mi error me mantuve en aquella postura por un rato.

“¿Y bien?” Dije cansada de estar en esa posición.

“¿Bien que?” dijo el sonado confundido.

“La posición, ¿que me falla?” Dije ahora un tanto nerviosa, ¿que habría estado haciendo todo ese tiempo que me tuvo acomodada de esa manera?.

“Pues.... te falla” dijo pensando sus palabras.

“¿Si?” Agregue no solo nerviosa si no irritada.

Pero después de aquello habría silencio y justo al reacomodarme cansada y apunto de reclamarle encontré con que mi cara quedaba justo a centímetros de la suya.

“¿Por que te toma tanto decirme que falla?” dije conteniendo la respiración, solo un poco mas y lo besaría, intente apartar aquellos pensamientos lo mas rápido posible, mientras intentaba alejarme él parecía acercarse.

“Es que estabas en una posición complicada” dijo él mientras sentía su aliento cada vez mas cerca del mío.

“¿Que tan... complicada?” Pude sentir como sus labio rozaban levemente los míos.

“Tan complicada como tu”

Y después aquella mínima distancia entre nosotros desapareció y sus labios tocaron los míos debidamente, su beso era suave pero a la vez era tan seguro y dominante que me deje llevar, mientras sus brazos me tomaban por la cintura y me acercaban a él mas, yo colocaba mis manos en su nuca, tomándolo con fuerza y acercando mas su cabeza a la mía para hacer mas profundo el beso al momento en que nuestras lenguas se encontraron. Las cosas pasaron tan de prisa que de pronto me encontraba a mi misma despojándolo de su ropa, sin pensar nada mas me deje llevar y deje que aquel chico de ojos azules y mirada penetrante tomara el control sobre mi.

Entrelazados en un beso profundo con su fuerza logro dominarme de manera tal que me recostó con rapidez sobre el suelo cayendo yo con rapidez y suavidad al mismo tiempo sin romper aquella conexión entre ambos, una vez recostada él se coloco sobre mi y abrí mis piernas instintivamente dejándole lugar para acomodarse, esperaba que entrase como la primera vez, de pronto y sin avisar, pero en esta ocasión no fue así una vez posicionado y sintiendo yo su erecto miembro tan cerca de mi entrada, esperando ser penetrada, comenzó a besarme delicadamente el cuello; con suaves gemidos movía mi cuerpo poco a poco intentando llegar hasta él y lograr mi cometido, pero al darse cuenta de eso, él se separo de mi cuello por un momento.

“No, aun no, solo ten paciencia”

Lo único que salió de mi boca fue un quejido, pero él lo ignoro al momento en que una de sus manos recorría desde mis pechos hasta bajar por mi ombligo, directo a aquella parte de mi cuerpo que tanto le deseaba.

“Por favor” dije al momento que sentía como su mano se acercaba con cada vez mas rapidez a mi centro, una vez que su mano me toco emití un grito de desesperación pero él no se detendría ahí, acerco su cara una vez mas al momento que me besaba con fuerza y su mano hacia su trabajo, primero un dedo entro tan suavemente debido a lo húmeda que me encontraba y después dos, así hasta que se sacio dejándome jadeante frente a él, aun esperando mas, me miro directo a los ojos mientras sonreía, justo al momento en que entraba lentamente en mi.

“Así que... solo una relación maestro-alumna, ¿no es así?”

Yo solo me aferré con fuerza a su espalda mientras él comenzaba a aumentar el ritmo.

“Solo eso... ¿no es así?” dijo una vez mas mientras comenzaba a entrar y salir con cada vez mas fuerza y rapidez en mi y yo gritaba, pero no eran gritos de dolor, aquella forma de tratarme, besarme y entrar una y otra vez en mi me producían placer... intente responder pero me era meramente imposible.

“Solo... eso” dije entre jadeo y jadeo “Así debe de ser...”

“¿Por que?” dijo él comenzando a perder el aliento y la paciencia a la vez que comenzaba a sudar en mayor cantidad, lograba sentir como mi cuerpo friccionaba contra la alfombra y comenzaba a bañarme en mi propio sudor, una gota de él cayo sobre mi pecho desde su barbilla una vez dicho esto.

“¿Por que no puede ser mas?... esto no es simplemente sexo”

Pero no conteste, mis palabras se vieron opacadas por un sonido de placer al momento que él presionaba con mas fuerza su miembro dentro de mi.

“¿Por que?” pregunto él una vez mas mientras su paso aceleraba un poco mas y sentía que estaba a punto de explotar, simplemente no había manera de poder responderle si seguía moviéndose de esa manera dejándome sin respiración, justo al momento en que lo sentí explotar en mi mientras repetía una vez mas aquella pregunta. Cerré los ojos y las imágenes de nosotros dos no dejaron de fluir, era mi maestro y yo su alumna, esto simplemente no era correcto, al momento que él caía sobre mi totalmente en silencio y su respiración era acelerada yo lo abrace con fuerza a mi acercándolo lo mas que pudiese a mi... su cabeza sobre mi pecho y mi mente en todo lo sucedido... justo cuando logre recuperar el aliento conteste a aquello que me pregunto tan insistentemente.

“Ya te dije por que no Ban, por que no puede ser... solo eso... no puede ser”

Y sin mas después de aquello tome su rostro con cuidado dejando un beso sobre su frente y poniéndome de pie, mientras caminaba hacia mi ropa y me vestía. Él no emitió sonido alguno y suponiendo yo que no había nada mas de que hablar una vez vestida salí del lugar sin mirar atrás.

Creí que después de aquel encuentro no habría nada mas parecido o incluso que él cancelaría las clases, sin embargo, parecía ser que a él no le importo, se había portado igual que siempre en las clases, frió y distante. Así que yo continué con mi rutina diaria, sin algún percance mas, dando por entendido que las clases habían terminado. Pero aquella mañana, del siguiente viernes, lo que sucedió me comprobó lo contrario, al final de la clase pidió a varias de las chicas nos quedásemos pero con todas hablo menos conmigo, una vez que todas se fueron se acerco a mi.

“¿Vas a ir esta tarde?” Su tono de voz era diferente al que solía utilizar en todas las clases.

“Pensé que ya no habrían mas clases, no después de lo que...”

“Pues estas muy equivocada, necesitamos terminar con todo lo que no sabes”

Su tono de voz mas que pretender ser el de un maestro sonaba desesperado, lo mire directo a los ojos antes de contestar.

“Ban, te eh estado engañando”

Él me miro sorprendido.

“Es que si se hacer todo eso, solamente que yo--”

“Eso ya lo sabia, pero por favor ven”

Sin decirme mas nada se alejo de mi y salió del aula, yo me quede petrificada unos momentos mas asimilando las palabras que él me dio, si él lo sabia desde un principio entonces todo había sido una trampa tendida por él... y yo había caído en ella.

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