sábado, 28 de junio de 2008

Secreto - Capitulo 2

Por: Isabel

Capitulo 2

Aquella mañana me mire en el espejo justo antes de salir de mi habitación de la misma manera que lo había hecho la mañana anterior y tomando las llaves de mi apartamento me dirigí rumbo al Gym, queriendo verlo y a la vez no.

Una vez ahí Sango me esperaba impaciente delante de la puerta que daba a la sala donde se efectuaban las clases de Yoga, su mirada denotaba un poco de aburrimiento.

“Vaya, hasta que llegas. La clase esta por empezar”

La mire un poco extrañada.

“Pero si la clase empezó ayer mas tarde” dije al momento que me hacia entrar en la sala y nos poníamos en la parte mas apartada de la sala, hasta atrás.

“Si, pero los martes siempre inicia una hora antes” me dijo al momento en que alguien a nuestras espaldas hablaba.

“Lo sabrías, si ayer te hubieses quedado cuando lo pedí Kagome”

Era Bankotsu, apenada y sorprendida dirigí mi mirada hacia él, al momento en que Sango lo saludaba y comenzaba a entablar conversación con él, yo no hablaba, me sentía mas bien como una espectadora de esa conversación en la cual no me hallaba. Y poco después despidiéndose de Bankotsu, se dirigió a mi al momento en que este se iba con otras alumnas.

“¿Es muy agradable verdad?”

Yo la mire sin mucha convicción y asentí.

“Se que probablemente te sientas algo incomoda con su presencia, pero es normal. Eres la nueva, ya veras como te acostumbras”

Me guiño un ojo y justo después, Bankotsu con un fuerte aplauso llamo la atención de todas. La clase comenzaría, y estaba segura de que aquella mañana no me distraería tanto como el día anterior dada la posición en la que me encontraba.

Faltaban cerca de diez minutos para el termino de la clase y Bankotsu había iniciado una técnica de relajación, estaba tan ensimismada con los ojos cerrados y tendida en el suelo, haciendo lo que él indicaba que cuando todo había quedado en silencio sentí mi cuerpo relajarse y deje salir un suspiro, algo apenada me senté y mire a todas partes, todas estaban acostadas en la posición que momentos antes me encontraba antes de mi repentino suspiro y Bankotsu no estaba, al menos eso pensé antes de sentir su respiración en mi oído.

“Es normal que suspires, tu cuerpo llega a un momento tal de paz y tranquilidad que incluso puedes lograr el clímax”

Abrí mis ojos algo afectada por sus palabras y antes de acostarme para que continuara con la técnica me indico.

“Por favor, necesito hablar contigo... espérame cuando termine la clase, prometo no robarte mucho tiempo”

Yo no pude responder por que su brazo me había recostado con rapidez sobre la alfombrilla y se alejo con rapidez de mi al momento en que reiniciaba la técnica.

Al termino de la clase Sango me tomo de la mano y me indico que ya nos podíamos ir cuando me miro esperando en una de las ventanas con vista a la calle y le indique que la alcanzaba después, asintiendo y algo extrañada salió del lugar, espere a que Bankotsu hablase conmigo, pero no lo hizo hasta haber despedido a la ultima alumna. Me encontraba observándolo cuando dirigió su mirada a mi y sonrió mientras se acercaba con rapidez.

“Siento la tardanza, quería asegurarme de hablar a solas contigo” Sentí como mis mejillas se coloraban, pero debido al trabajo físico efectuado en esa hora esperaba él pensase que era parte del ejercicio.

“OK, ¿para que querías hablarme?” dije sin poder mirarlo a los ojos.

Él se acerco mas aun a mi y respondió buscando mi mirada

“Te invito a tomar un café, necesito hablar contigo de ciertas cosas, pero este no es el momento ni el lugar, ¿aceptas?”

Sabia a que se refería con esas palabras y no pensaba arriesgarme a tener que dar una explicación del por que me fui de pronto o del que había sucedido realmente esa noche.

“Bankotsu, no se si sea lo correcto, tal vez…” pero él me interrumpió.

“Kagome, por favor, es importante... tenemos que aclarar lo que--” pero tenia miedo de que lo dijese, así que antes de que terminase su oración conteste.

“Esta bien Bankotsu, ¿te parece un día de estos?”

Él asintió y mientras me veía ir pregunto.

“¿Te parece el viernes en la tarde?, tengo el día libre, a las cinco, en el café que esta en el centro de la cuidad, se llama La Cabaña”

Asentí sin decir mas y me dirigí rumbo al estacionamiento y mi auto, una vez ahí choque la cabeza dos veces contra el toldo reprochándome el haber aceptado, no debía haber aceptado aquel café, no quería hablar sobre aquello y sobre todo, tenia miedo de terminar como la primera vez. Estaba tan ensimismada en mis reproches que no oí a nadie caminar a mis espaldas y la voz de Sango me sobresalto de pronto.

“Vamos a tomarnos un café usted y yo Srita. y me tiene que contar como conoció a Ban”

La mire preguntando con mi vista aun antes de emitir alguna palabra, sus mejillas se encendieron.

“Oí todo, lo siento... estaba esperándote y justo cuando te vi saliendo me oculte”

Sonreí antes de aceptar su invitación y dirigirnos directo a nuestro café.

Aquella noche no pude conciliar el sueño, en mi cabeza no dejaba de dar vueltas aquel asunto sobre Ban y aquella noche, mi arrepentimiento iba creciendo conforme los minutos pasaban y cada vez mas inseguridades se formaban en mi acerca de todo eso, Sango no podía creer lo que había sucedido una vez que se lo conté, la conocía y de cualquier manera tarde o temprano se enteraría y me pidió que por favor hablara con él, después de que deliberadamente dije que pensaba no presentarme aquel día en el café.

“Tienes que ir, no puedes dejar una platica como esa inconclusa Kag, ese tipo de cosas no se pueden pasar por desapercibidas con tal facilidad, tienes que admitirlo, tiene razón”

Y si, lo sabia, él tenia razón, teníamos que hablar, era importante, pero no me sentía lista para mirarlo a la cara y discutir aquel tema.

Para el siguiente día no tenia clase, dado que las clases las tomaría solamente lunes, martes y jueves, así que aquel miércoles me levante lo mas tarde posible, intentando recuperar las horas de sueño perdidas y después no hice mas que mantenerme ocupada, intentando no pensar en lo que había perturbado mi sueño la noche anterior. Y así los días pasaron, el viernes llego mas rápido de lo pensado y cuando me di cuenta ya estaba aparcando en el estacionamiento del café La Cabaña, antes de entrar por la puerta tome aire e intente armarme de valor para discutir aquel tema con Ban, estaba ahí y no había vuelta de hoja.

Una vez dentro sentí aquel acogedor ambiente que tenia el lugar, su estilo era algo conservador pero a la vez se mantenía a la vanguardia, lo busque con la mirada y no me fue difícil encontrarlo entre la multitud, de espaldas a mi, su cabello negro tan lacio como siempre y unos pantalones vaqueros acompañados de una camisa negra, estaba en el lugar mas apartado, acomode mi cabello mientras me acercaba a él. Lo mire por ultima vez desde aquel mismo lugar en el cual me encontraba antes de acercarme, una vez detrás de él, suspire y acomode una vez mas mi cabello, justo cuando estaba terminar de colocarme frente a él, pareció ser que sintió mi presencia, se volteo agregando

“Pensé que no vendrías” asentí antes de colocarme en mi asiento, él se puso de pie y reí ante ese gesto por su parte, nunca antes alguien había hecho eso por mi.

Una vez sentados ambos nos quedamos viendo, esperando ver quien tomaba la iniciativa, estaba mas que previsto que yo no intentaría por ningún medio iniciar aquella conversación tan incomoda, aun así él comenzó a hablar

“Y dime, ¿que... has hecho en todo este tiempo?”

“Bueno, nada importante en realidad”

Él me miro y la pregunta era evidente en su mirada, suspire antes de hablar.

“Rompimos, rompimos a las dos semanas de que te conocí y desde poco después de eso Sango estuvo intentado persuadirme de ingresar a las clases de Yoga que ella asistía, por que desde que había roto con él no hacia mas que mantenerme viendo televisión y acepte un tanto mas bien por darle a su lado... creo que el resto ya lo conoces”

Alcé los hombros mientras preguntaba intentando evitar aquel tema.

“¿Y tu?, ¿que has hecho?”

Él no me respondió al instante, parecía ser que pensaba cada palabra que estaba por decirme, espere paciente hasta el momento en que las palabras salieron de su boca.

“Kagome, ese es el motivo por el cual te eh invitado hoy, decirte que eh hecho. Desde aquel día no eh podido dejar de pensar ni un solo segundo en ti, cuando me levante mas tarde aquel mismo día que te fuiste me reproche a mi mismo por no solo haberme encargado de checar tu nombre en tu cartera, si no también el haber no buscado tu teléfono. Sabia que seria inútil de cualquier manera el seguir pensando en ti, después de todo tu tenias a alguien mas, pero cuando algo como esto sucede no puedes dejar aquello tan fácilmente y no dejas de cuestionarte el que habría sucedido de haber logrado conseguir su teléfono o despertado antes de que se fuera”

No dije nada, solo lo observe, algo impactada por todo aquello, procesando información y sin saber que decir, pero no necesitaría hablar, él llevaría la conversación a otro nivel.

“No tienes que decir nada, no necesito que me digas que no te importo aquello o que jamás te importara, ahora que me has dicho que han cortado y supongo sigues soltera, me preguntaba si... si me darías una oportunidad, quiero que sepas que realmente me importaría intentar algo, si me dieras la oportunidad”

Él suspiro después de decir aquello, y miro fijamente la taza de café que en el momento en que llegue estaba tomado, mientras yo por mi parte, sentía la boca seca, pero no pediría nada, trague la poca saliva que sentía en ella y pensé por un segundo en todo lo que le me había dicho, si, había sido algo de una noche y había sido loco, pero si me había importado, tengo que admitir que en cierta manera cuando corte con mi novio fue por que albergaba una esperanza de volverlo a ver a él... a Bankotsu, pero la deseche de inmediato y decidí mantenerme encerrada en aquel mundo en el cual solo éramos yo y mi ex novio y el dolor que causaba una ruptura.

No podía negar que Bankotsu me gustaba y no solo eso, era algo mas allá del gusto, pero no quería dejarme llevar por algo que seguramente no llevaría a nada, no quería volver a salir lastimada o peor, herirlo a él. Así que conteste aun preguntándome si haría lo correcto.

“Bankotsu, no creo que sea lo correcto que nosotros, tengamos algo, es decir, ahora que te eh vuelto a ver ah sido maravilloso, yo pensé que no te volvería a ver y me da gusto verte, pero me parece lo mas correcto que mantengamos solo una relación como alumna y maestro y no mas que eso, lo siento pero...”

Él no me dejo continuar, me corto a mitad de la oración, pero esta vez había algo diferente, no me miro a los ojos a como siempre solía hacerlo.

“Esta bien, entiendo que no quieras algo mas, bueno... eso era el por que te llame, no creo que sea correcto robarte mas tu tiempo, te veré el lunes” y sin dejarme decir nada mas, se puso de pie y salió del lugar, no me moleste en seguirle o decirle que se detuviera, no lo creía correcto.

Aquel fin de semana después de aquella conversación no deje de darle vueltas al asunto, a aquel café, cuestionándome una y otra vez el si haberlo rechazado habría sido lo correcto, sin lograr llegar a una conclusión clara, llego el lunes y descubrí que después de aquel café, probablemente las cosas no serian iguales.

“Hey” Me llamo Sango una vez que bajaba de mi auto, no había hablado con ella, siquiera por teléfono para comentarle acerca de lo sucedido en el café y estaba segura de que eso era lo que mas le interesaba en ese momento.

“¿Como te fue?” La mire un poco escéptica, dándole a entender que no habían salido las cosas tan bien a como debieran.

“Bueno, supongo que no te fue bien, ¿que sucedió?”

Mientras caminábamos rumbo a las instalaciones del Gym conteste a su pregunta.

“Me pidió una oportunidad” ella abrió los ojos emocionada “Y le dije que no, que lo mejor seria solo una relación alumna, maestro entre nosotros” ella se puso colorada de nuevo.

“¡¿Qué hiciste que?!, te pide una oportunidad ¿y tu le dices que no?” solo moví la cabeza mientras nos acercábamos a la sala de yoga.

“¿Pero tu estas loca o que?, estas sola desde hace mucho, terminaste una relación enfermiza y no te quieres dar la oportunidad con alguien que se muestra tan interesado en ti a como no lo habías visto en mucho tiempo, ¿por que hiciste eso?” pero justo cuando termino su discurso sobre lo mal de mi decisión entramos en la sala.

“Sango, no quiero discutir esto ahora, es mas... solo no lo hagamos... es mi decisión y no me arrepentiré, es lo mejor” ella no dijo nada y molesta tomo un sorbo de su agua, mientras Bankotsu entraba en la sala y saludaba a todas y justo cuando nuestras miradas se cruzaron, se dirigió al frente de la sala y su tono de voz al hablar esta vez fue diferente.

“Empecemos la clase, solo tenemos una hora por delante”

Y sin mas todas, la mayoría consternada por su forma de hablar iniciaron calentamientos junto a él, Sango solo me dirigió una mirada llena de desaprobación... y eso solo había sido el inicio.

Las siguientes semanas de clase no las disfrute tanto como hubiese deseado, Bankotsu intentaba evitar al máximo toparse conmigo o incluso acercarse a mi, me hacia sentir terriblemente culpable. Sabia que era mi culpa que se hubiese alejado de mi, en el momento en que lo había rechazado le había cerrado una puerta que probablemente él esperaba encontrar abierta y ahora que la había hallado cerrada, había decidido alejarse con rapidez, pero aquella rapidez me hería, aun sin quererlo aceptar.

Sango no me había a preguntado nada mas acerca del tema, al notar el trato en clase y en gran parte lo agradecía, ya que a como le había dicho aquel día, no quería hablar del tema. Aquella mañana me levante, todo tan monótono, era un lunes, mi primera clase de la mañana, tome mis llaves a como solía hacerlo, no esperaba que ese día algo en mi rutina cambiase, una vez en la sala espere a que la clase empezase y mientras hacíamos un ejercicio de relajación, oí su respiración justo detrás de mi, pero no abrí los ojos, ni emití palabra alguna, solo espere, espere a ver que sucedía.

“No tienes la postura correcta, necesitas abrir tus piernas un poco mas, de esa manera lograras que la energía fluya con mayor facilidad y logres el balance correcto, todo en armonía... solo ábrelas un poco mas”

Abrí los ojos y cuando me voltee para buscarle ya no estaba, pero lo encontré hablando con Sango y le hablaba al oído, justo como a mi, sentí que la sangre me hervía, pero decidí controlarme, cerré los ojos nuevamente y respire hondo antes de continuar con el ejercicio. No pude concentrarme el resto de la clase. Y después de esa clase, fueron muchas mas las clases en las cuales me corregía la postura, siempre de aquella manera, susurrando en mi oído, palabras que me hacían pensar en nosotros dos juntos, en la cama... besándonos... como aquel día, pero sabia que era estúpido pensar que él tendría alguna intención doble con eso, él solo hacia su trabajo, me corregía en el yoga... yo... yo solo pensaba en aquella noche.

De pronto me encontraba a mi misma esperando las clases con ansias, no sabia que era lo que me motivaba mas a ir, el hecho de verle o el hecho de que me corrigiese. Estaba segura de que tendría que ser alguna combinación de ambas, así que hice hasta lo imposible por no faltar a una sola clase y "dar lo mejor de mi" en ellas, a veces cometía errores tan básicos como no adquirir la postura correcta o no hacer el sonido correcto, solo por ver si me corregiría y poder oír su voz susurrando palabras que yo tomaba como algo mas que correcciones.

El día en que me pidió me quedase al final de la clase para hablar de algo importante sobre las clases, temía que me dijera que no podía hacer nada mas por mi y que era demasiado inepta para el yoga. Esperando lo que me diría, me adelante a hablar en cuanto estuvimos a solas.

“Ya se lo que va a decir Bankotsu”

Había adquirido a lo largo de ese tiempo esa extraña manía por llamarle de usted y él jamás había puesto objeción a aquello.

“Se que no sirvo para el yoga, si lo que quiere es que deje de asistir a las clases por mi ineptitud, no lo detendré”

La expresión en su rostro era indescifrable, no sabia si era de burla, preocupación o sorpresa, lo mire consternada mientras él decía algo.

“Jamás dije que la charla seria para correrte Kagome y por favor deja de llamarme de usted, me hace sentir como algún tipo de viejo arrugado y no lo soy”

“Tal vez no lo dirías frente al resto de las alumnas, ahora estamos a solas, puedes criticarme todo lo que quieras, no tengo objeción por eso Bankotsu” dije tomando su palabra, él rió estrepitosamente mientras yo lo miraba con el ceño fruncido.

“Esta bien, si eso es lo que deseas. Tu técnica es pésima Kagome e intentado corregirte por todos los medios, pero parece ser que no me escuchas”

Sentí que la sangre se subía a mi rostro mientras recordaba todas y cada una de sus correcciones.

“Tus posturas, ¿Que puedo decir?, ¿Cuantas veces mas debo decirte que nunca debes alzar el brazo mas de 40º cuando hacemos el ejercicio--”

“OK, deja de decirme todos mi errores, solo dime si me voy o no”

Me sentía ofendida, yo sabia que todo eso no se debía hacer, solo era mi necedad por oírlo susurrar en mi oído lo que me había llevado a hacer todo incorrectamente, si me hiciesen un examen practico y teórico, sabiendo que él no estaría ahí seguro sacaría un diez. Él suspiro antes de terminar de hablar.

“Como iba diciendo, no haces las cosas correctamente, por lo mismo--” dijo mirándome de manera penetrante y acentuando las palabras, como esperando que estas se grabasen tanto en mi cerebro que no dejase de pensar en ellas.

“Eh pensado que necesitas unas clases extras de Yoga, solo para asegurarme que no te pierdas; todas van mas avanzadas que tu, ellas ya han logrado hace todo lo básico que tu hasta fecha no logras captar, así que para poder avanzar necesito que todas y con todas también te incluyo a ti, sepan hacer las cosas correctamente”

No dije nada, lo observe en silencio analizando sus palabras, ¿clases extras?, ¿me las daría él acaso?, lo que dijo a continuación contesto mi pregunta.

“No creo poder darte las clases yo mismo, dado que por lo visto mi forma de enseñar contigo no funciona, pero eh hablado con una amiga mia que da clases de ballet y yoga y a aceptado gustoso a ayudarme con mi alumna problemática, ¿que dices?, ¿tomaras las clases?”

Me miro insistentemente mientras yo mantenía un silencio sepulcral hasta esperar mi respuesta.

“Esta bien” dije pensando no tener alternativa, si ese era el precio a pagar por hacerme la tonta en las clases y no dejarlas, lo tomaría. No me pasaría nada por unas clases extras de yoga... ¿o si?.

“Bien, le diré a mi amiga que has aceptado para que me confirme bien como y cuando iniciaras. Bueno, eso era todo, si gustas te puedes ir”

Asentí antes de tomas mis cosas del suelo e irme caminando con paso firme hacia la salida. Clases extra de Yoga... me las había ganado a pulso, ahora a pagar.

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