sábado, 28 de junio de 2008

Secreto - Capitulo 1

Por: Isabel

Capitulo 1

Me mire por enésima vez en el espejo, cerciorándome de que cada cabello estuviese en su lugar antes de salir y acomode también de la misma manera mi pants y mi blusa color negra antes de tomar mi bolso y salir con rapidez del departamento, mientras pensaba una y otra vez en los pros y contras de lo que estaba a punto de hacer.

Una vez que llegue al Gym decidí registrarme, Sango me había informado que debía hacer, ya que me había dicho que aquel día no podría ir a la clase que tanto me había insistido que asistiera así que mientras subía por las escaleras rumbo al ala de yoga repase por ultima vez los pros y contras.

Contra: Levantarme temprano, perderme los mejores programas matutinos, dejar mi agradable rutina diaria por las mañanas; Pro: Quitarme de encima a Sango, mantener la línea. Y conociendo los gustos de Sango, seria cierto, pero estaba aún por descubrirlo.

Abrí la puerta del ala y me adentre mientras pensaba una y otra vez en el comprobar aquello que tanto me había dicho Sango, pero no apuntando aquello a ninguna de mis dos listas hasta estar segura de a cual de las dos iría... ¿seria como ella lo describió?.

Después de todo no tardaría mucho en conocerlo, justo cuando comenzaba a entablar conversación con una chica de nombre Kagura apareció por la puerta.

“¿Así que es tu primera clase?”

Lo mire sin pestañear... y no pude creer lo que mis ojos veían. Tenia que hacer una nota mental antes de que la clase iniciara pro: maestro realmente guapo; contra: me arrepentiría de aquellas clases.

“¿Te encuentras bien?” me pregunto Kagura después de un largo silencio durante el cual observe al maestro entrar a la clase sin percatarse de mi presencia e incluso hice hasta lo imposible por mantenerme en las ultimas fila, tal vez así no me notaria, pero justo cuando me formaba detrás de todas Sango tomo mi mano y me llevo hasta delante con ella.

“¡Aquí se aprecian mejor las clases!” Ohh si, no dudaba que se apreciasen más; intente separarme de su mano pero en ese momento él se giró al oír la voz de Kagura dispuesto a saludarla.

“Hola Kagura... Ohh... veo que... tenemos... una... nueva alumna nueva” sus palabras eran entrecortadas y su rostro no solo denotaba sorpresa sino también se sentía tan avergonzado como yo. No sabría como podría sobrevivir a esto, justo antes de alguna palabra mas Kagura intervino de nueva cuenta.

“Si, Bankotsu le presento a su nueva alumna. Ella es Kagome”

Ninguno respondió nada y ella prosiguió su plática sola mientras miraba el reloj.

“Ban, creo que deberías ir empezando la clase, recuerda que solo es una hora”

Él apartó su mirada de mi y yo al fin pude respirar con tranquilidad, me prometí a mi misma no volver a escuchar a Sango por mas que insistiese en tomar algo que llenara el tiempo que había dejado vacío la ruptura con mi novio hacia mas de tres meses.

“Ohh si, bueno chicas...” dijo después de dirigirme una ultima mirada, la cual intente evitar al máximo “Creo que es hora de iniciar, empezare por lo básico, dado que tenemos nuevas alumnas”

Me miro antes de sonreír con aquellos labios que alguna vez... no, no podía pensar en eso, eso no volvería a pasar jamás... solo había sido cosa de una noche.

-…-

Aquella tarde tomaba un café en aquel restaurante que a Sango y a mi nos gustaba tanto mientras miraba distraídamente hacia la calle. Sango me miró y pude notar la pregunta venir aun antes de que sus finos labios se abrieran.

“¿Qué tal la clase?, ¿verdad que el maestro es muy guapo?”

“¿Eh?, si, supongo” conteste dirigiendo mi mirada por un segundo hacia ella y después regresándola a la calle.

“¿Hay algo que desees contarme?”

Ella me miro con el ceño fruncido mientras yo la miraba de reojo.

“¿Qué te hace pensar que hay algo que debas saber?” dije sin dejar de apenas mirarla.

“No se, creo que tu actitud”

No dije nada... guarde silencio mientras intentaba olvidar la clase de aquella mañana, no solo me había afectado verle entrar por esa puerta, su actitud al verme, el verlo hacer todos y cada uno de esos movimientos y no poder evitar pensar en aquella noche... si no además, intento retenerme al final de la clase, pero por suerte Kagura me tomo del brazo antes de poder contestar siquiera y me saco del lugar alegando que necesitaba enseñarme algo que me encantaría. Por primera vez desde que la conocí, agradecí sus impertinencias.

“Aunque claro, por lo visto no me tienes la suficiente confianza como para...” pero la interrumpí antes de que siguiera con sus chantajes.

“No es nada Sango y si lo hubiera, tu sabes que te lo diría”

Tome un sorbo de mi café y después dirigí mi mirada hacia ella.

“OK, te diré... es solo que esta mañana me sucedió algo que no pensé que me sucedería eso es todo” dije intentando no dar mas detalles.

“¿Que cosa?” pregunto ella curiosa, fruncí el ceño antes de contestar.

“Algo realmente estúpido, no vale la pena recordarlo... y bueno, ¿como van las cosas con Miroku?”

“Bien, muy bien” contesto ella secamente.

“Sango, en serio que no es nada” dije captando la indirecta

“Esta bien, no te insistiré mas en el tema, pero cuando me busques y necesites... sabes que aquí estoy” dijo antes de tomar un sorbo mas a su café y terminarlo.

Sin tomar mas importancia a todo lo ocurrido a lo largo el día salimos después de terminar el café de aquel lugar y nos dirigimos directo a nuestros departamentos.

Al abrir la puerta de mi apartamento pude sentir aquella fragancia que tanto me gustaba poner en la casa, deje las llaves en la mesita mas cercana y después decidí darme un buen baño, para después descansar, lo necesitaba. Y mucho.

-…-

Me había peleado una vez mas con mi novio y esta vez parecía ser definitivo, pero decidí hacer frente a todo.

"Kagome, esta noche no te quedaras en casa llorando por un estúpido" me dije mentalmente.

Termine de arreglarme la falda que llevaba aquella noche antes de tomar mis llaves y salir a la obscuridad de la noche. Aquella noche me divertiría con o sin él y nada me lo impediría.

Una vez en el primer club que encontré abarrotado de gente no supe que hacer y mire en todas direcciones esperando ver a alguien conocido, entonces mis ojos lo encontraron, era alto y fornido, con su cabello negro y largo cayendo sobre su espalda, sus ojos, grandes y expresivos, los cuales denotaban un gran aburrimiento. Y también lo estaba yo... así que decidí acercarme.

“Hola” dije intentando sonar lo mas natural posible, pero sin creer haberlo logrado, él me miro un segundo antes de responder a mi saludo.

“Hola” Y después sonrió abiertamente a mi “¿quieres bailar?”

Yo lo mire un tanto nerviosa y confundida, pensé por un momento que más que preguntarme el ir a bailar con él, me diría que estaba ocupado como para charlar conmigo, así que sin musitar ni una sola palabra más, algo impactada también por sus palabras lo tome de la mano y nos dirigimos a la pista de baile.

Las piezas que en ese momento mas que ser melosas eran pegajosas y divertidas, así que por lo menos bailamos cerca de dos canciones sin decir una sola palabra, solo disfrutar de la compañía que el uno le daba al otro, en realidad, no necesitaba que hubiese algo mas que eso. No hasta que aquella canción que tanto me gustaba inicio, era de aquellas canciones que más que desear bailar con un amigo desearías bailar con tu pareja, una canción sensual y atrevida, justo a aquel tipo de canción que despertaba las más grandes fantasías en ti.

Estaba por dejar la pista de baile, tal vez quería divertirme, pero no sabía lo que podría ocasionar en mi bailar tan cerca y con una canción como esa con aquel chico de mirada penetrante que apenas y conocía. Aquel misterio que encerraba, el no saber nada de él nada mas que el simple hecho de ser aquel chico que se aburría igual que yo, le atribuía cierto magnetismo, pero antes de poder alejarme de él demasiado me tomo del brazo y me acerco con rapidez a él, pude sentir poco después su respiración agitada en mi oído

“¿No piensas bailar esta conmigo?” Y antes de poder contestar siguiera algo nuestros cuerpos entraron en contacto, perdiendo yo toda noción de racionalidad.

Su aliento estaba cerca de mi cuello mientras sentía sus brazos abrazarme con fuerza a él, al mismo tiempo que su pelvis se juntaba cada vez mas a mis caderas, haciéndome sentir toda clase de sensaciones que hacia mucho no había sentido hacia nadie mas, siquiera hacia aquel chico que suponía ser mi novio. Y me deje llevar... me deje arrastrar por aquel magnetismo que despedía en cada movimiento lento en el cual no desaprovechaba la oportunidad para sentirme mas cerca de él.

En menos de lo que pudiese esperar levante mi mirada y pude encontrarme con la de él, observándome atentamente, como intentando captar todos y cada uno de mis movimientos y gestos, sonrió tímidamente y no lo resistí mas, simplemente acerque mi rostro al suyo y poco después nuestros labios se encontraron, aquella sensación de sorpresa sentí en el primer segundo en conjunto con sus delicados y fríos labios, pero después comenzó a tomar con mas intensidad ese beso, al momento en que bajaba una de sus manos, las cuales se mantenían firmes en mi cadera, hasta mi trasero, apretándolo con fuerza y pegándome aun mas a él, justo si pensaba que eso ya no podía ser posible, entonces lo sentí, sentí como su sexo comenzaba a endurecerse, instintivamente moví mis caderas con mas frenesí solo para experimentar su reacción y un gemido de placer se ahogo en su garganta al momento en que se separaba de mi y aquel beso que nos había dejado sin aliento. Yo hice un sonido gutural en desaprobación de su repentino reparamiento.

“¿Por que...?” dije aun sin aliento, pero puso su dedo índice en mi boca y yo guarde silencio. Tomándome de la mano me arrastro lejos de la multitud, donde nadie pudiese vernos.

Sin mas me arrastro hasta un pasillo obscuro y yo sin pensar mas lo tome del cuello al momento en que lo besaba con fuerza y lo pegaba a mi al momento en que mi espalda daba contra la pared y el tomaba una de mis piernas y la acomodaba sobre su pelvis, yo abracé con fuerza su cintura al momento en que mis manos recorrían su espalda con fuerza y nuestras bocas se enlazaban en un beso lleno de pasión y deseo. Cuando sentí que sus manos comenzaban a colarse por debajo de mi blusa, hasta tocar la delicada tela de mi brassiere, me separe y hable.

“Aquí no”

Él me soltó y lo perdí de vista, por un momento sentí que todo acabaría ahí mismo, y no lo volvería a ver... entonces me tomo con fuerza tomándome desprevenida y justo antes de besarme hizo aquella proposición que no podría rechazar

“Entonces vallamos a mi apartamento” me beso inmediatamente después de eso. Y salimos minutos después tomados de la mano rumbo a su auto... y directo a su apartamento.

A veces me pregunto como logramos llegar a su apartamento sin antes haber aparcado en el primer lugar disponible y dar rienda suelta a lo que se estaba desatando entre nosotros, pero probablemente era que las ganas por parte de los dos eran tan insaciables que aun las caricias rumbo a su apartamento, los besos entre semáforo y semáforo, los cuales parecían habernos querido ayudar y su mano recorriendo mi muslo delicadamente justo hasta llegar cerca de mi centro para después volver a bajar lentamente parecían no tener fin.

Una vez deteniéndose frente a un lujoso edificio blanco, bajamos de prisa y él tomándome de la mano al momento que me acercaba a él y yo lo abrazaba fervientemente... logramos llegar hasta el apartamento y una vez cerrada la puerta lo demás no importo... solo sentí como era aventada con fuerza hacia la puerta al momento en que comenzaba a besarme con desesperación y yo respondía a aquel beso con la misma intensidad, nuestras manos esta vez trabajaron con mas rapidez al mismo tiempo que nuestras piernas caminaban solo por inercia rumbo a su habitación y justo entrando a esta ambos nos encontrábamos solo separados por nuestras ropas interiores, lo observe por un momento su pecho era justo como siempre me había gustado el pecho de un hombre, liso y con grandes músculos al descubierto, seguro que hacia mucho ejercicio y que decir de sus brazos fuertes y marcados, al descubierto totalmente eran mejor de lo que me los había imaginado. Y justo al dirigir mi mirada mas abajo el hablo.

“¿No te arrepentirás verdad?” su pregunta me había sonado algo estúpida al principio, si estaba ahí, era por que realmente me interesaba y lo mire directo a los ojos sin responder, besándolo con fuerza y tomando sus manos y posándolas en la parte trasera de mi espalda, justo donde quedaba el broche de mi brassiere.

“Estoy tan segura de no arrepentirme a como que deseo que me hagas tuya en este momento”

Sin decir mas desabrocho mi brassiere, sintiendo yo al principio un poco de frió al contacto de mis pechos con sus fríos pectorales, besaba mi cuello con fuerza al momento en que sus manos bajaban y yo me aferraba con fuerza a él, mis caderas nunca dejando las suyas, haciendo movimientos provocadores por naturaleza propia, sintiendo su sexo fuerte y listo para mi, haciéndome desear el momento en que lo sentía dentro de mi con mas deseo y rapidez, pero decidí esperar al sentir la delicadeza con que sus manos recorrían cada palmo de mi cuerpo, no se olvidaba de ni un solo lugar, eran caricias suaves y casi tan superficiales que pareciese que mas bien su mano rozaba mi piel, haciéndome sentir una intensa electricidad en mi espalda cada que tocaba alguna parte de mi cuerpo; mi respiración al igual que la suya subió de tono al momento en que mis manos comenzaron su propio trayecto por su espalda, justo hasta llegar a la delicada tela de su boxer y jugaba con el resorte de este, sus manos terminaron de recorrer mi espalda y al llegar a mi trasero me beso al momento que me terminaba de despojar de la ultima prenda que quedaba en mi cuerpo y después me sentaba en la cama, nunca dejando de haber contacto entre nuestros cuerpos y mis manos bajando lentamente su boxer, hasta que acostados ambos en la orilla de su cama tocábamos con mas deseo nuestro cuerpo el dirigiéndose hasta mis pechos con su boca al mismo tiempo que me empujaba poco a poco cada vez mas al centro de la cama y mordía y chupaba cada uno mientras que yo lo tomaba de su cuello y con gritos ahogados le pedía mas.

El momento en que penetro en mi fue tan repentino que olvide cualquier otra cosa, gritando un poco sorprendida por la forma tan repentina de su intrusión él separo su boca de mis pechos por un momento mientras me besaba con fuerza y el ritmo fue aumentando, cada vez mas rápido, entraba y salía con tal rapidez que una vez que comenzaba a tomar aire entre un ola de placer, una vez mas volvía perderlo al sentir otra mas. La noche paso mas rápido de lo esperado, no fue esa la única vez que mantuvimos relaciones a lo largo de la noche, pero después de la ultima sentí como caía sobre él y dormía en su pecho, para despertar horas después, aun no amanecía, así que supuse que no seria tarde y lo encontré al desnudo frente a mi observándome.

“Hola” dije al momento que cubriéndome con las sabanas me sentaba correctamente, él tomo mis manos y desprendió la sabana, dejando al descubierto mis pechos.

“Me gusta mas así” agrego al momento que veía como sus ojos brillaban con intensidad, yo solo asentí, después de un largo silencio durante el cual yo observaba sin parar cada parte de él, sin mirarle a los ojos y lo sentía expectante, esperando alguna palabra por mi parte hablo.

“¿Podrías hablarme de él?” deje de mirar sus fuertes brazos al momento de oírlo y lo mire con extrañeza. “A él, al de la foto”

Lo mire aun sin lograr entender del todo.

“Lo siento, es que estabas dormida tan placidamente y yo me desperté y mire tu bolsa, tenia que saber tu nombre, no soportaba quedarme con la intriga y entonces, encontré la foto en tu cartera, por favor, dime que no eres casada” yo le dirigí una mirada de vergüenza y sorpresa a la vez.

“Yo…” y tome mis piernas entre mis brazos, sin poder mirarlo a la cara, sintiéndome avergonzada, no me arrepentía de lo que había sucedido, pero tampoco era muy correcto todo lo que había sucedido “No suelo hacer este tipo de cosas, es la primera vez que yo…” sentí su mano en mi hombro y después levantando mi cara, haciéndolo mirar directo a los ojos.

“¿No eres casada verdad?” moví la cabeza frenéticamente de un lado a otro indicando que no, sin emitir palabra alguna y después tome aire.

“Es mi novio, lo conozco probablemente de toda mi vida, solíamos ser los mejores amigos, hasta que un día simplemente se dio y comenzamos una relación”

Cada que hablaba intentaba evitar su mirada, pero el siempre buscaba la mía.

“Todo siempre fue bien hasta cumplir los diecinueve, el comenzó a serme infiel mas veces de las que te puedas imaginar y yo soportaba todo por el cariño que le tenia y por que sentía que romper con él seria como perder la vida, actualmente, él... me ah reclamado la cercanía que tenia con un amigo y peleamos por que lo había golpeado, salí molesta de su apartamento, en el cual habíamos iniciado la pelea y me sentía devastada, pero decidí no quedarme en casa y salir a divertirme aunque sea por una noche... y es cuando te vi...”

Esperaba una reacción diferente de él, esperaba que me reclamara, que me dijera que estaba mal, que me corriera de su apartamento pero no fue así, acerco su cara a la mía y sus labios rozaron los míos al momento en que se los movía con un movimiento rápido hacia mi oído.

“Entonces divirtámonos Kagome” y después me acostó con fuerza y comenzó una vez mas aquella sensación de placer y deseo por él... no supe cuantas veces mas bese su piel, su boca y lo sentí dentro de mi, antes de dormirme entre sus brazos.

Abrí mis ojos al momento en que la luz del sol daba en mi cara y al mirar a un lado lo observe dormido, aun abrazado a mi, bese su frente y me puse de pie, tomando a mi paso cada una de mis prendas que se encontraban en la habitación, tome mi cartera y me dirigí intentando emitir el mas mínimo ruido de la habitación, hasta encontrar todas mis prendas y vestirme, no sin antes tomar su cartera y revisar su licencia de conducir, se llamaba Bankotsu; ese nombre jamás lo olvidaría, me dirigí a su habitación una vez mas con una nota en la mano y bese sus cálidos labios antes de emitir un adiós casi inaudible.

Pensé que no volvería a saber nada más de él... seria solo cosa de una noche y no mas que eso.

-…-

Desperté a la siguiente mañana en mi cama una vez que el despertador sonaba tan insistentemente, las imágenes del recuerdo de aquella noche aun frescas en mi mente y dirigiéndome hacia mi guardarropa intentaba olvidar cualquier cosa relacionada con aquella noche o la clase del día anterior, era demasiado temprano para empezar a pensar en esas cosas.

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